Reseña

 

Devenir chercheur. Ecrire une thèse en sciences sociales

 

Mtra. Pilar Ortiz Lovillo*

 

Moritz, H., & Kapp, S. (Coords.). (2013). France: Ecole des Hautes Études en Sciences sociales (EHESS). ISBN 978–2-7132–2416-4. pp. 359.

 

* Investigadora, Instituto de Investigaciones en Educación, Universidad Veracruzana, México, piortiz@uv.mx

 

Recibido: 01 de mayo de 2015
Aceptado: 23 de junio de 2015

 

Resumen

Este libro es fruto de un trabajo colectivo que surge como producto del Seminario "Los aspectos concretos de la tesis" impartido por varios años en L' École des Hautes Études en Sciences Sociales, de París, a iniciativa de Hunsmann Moritz y Sébastien Kapp. Historiadores, sociólogos, antropólogos, economistas y especialistas en educación expresan en esta obra sus puntos de vista, no desde una perspectiva disciplinaria sino desde su experiencia durante el trayecto para la obtención del grado de doctor. En Convertirse en investigador… no vamos a encontrar controversias académicas ni tampoco un recetario, sino un manual escrito desde una perspectiva reflexiva que se dirige a todos los que desean convertirse en doctores.

 

El libro está organizado en cinco apartados que parten de preguntas o temas básicos, desde "¿Qué es una tesis en ciencias sociales?" hasta "La comunicación oral como parte integrante del proceso para graduarse de doctor".

Convertirse en investigador… desmitifica la investigación como una actividad solitaria. Para argumentarlo, señala cómo funcionan los diferentes procesos que afectan tanto al doctorante como al investigador, su rol en seminarios y coloquios, o bien cómo relacionarse con su director de tesis, con otros investigadores o con sus compañeros de doctorado.

Este libro no señala la conclusión de la tesis como el final de un recorrido. El juego permanente de las objeciones y de las importaciones de información o de argumentación comparativa, provocan que su proceso se vuelva infinito, por lo que dar por concluida a una investigación es una decisión que todo investigador debe tomar en un momento dado. La tesis es siempre el estado temporal de una investigación y esta última ignora los estados "definitivos" del conocimiento, que no serían más que la negación de su razón de ser.

Monique de Saint Martin (2013) inquiere: "¿Qué se puede hacer con los consejos o la ausencia de consejos del director de tesis?" (p. 63). La autora comenta que emprender una tesis en ciencias sociales y continuarla a pesar de las dificultades, sin garantía ni perspectiva clara sobre el porvenir, constituye una aventura para la cual con frecuencia no están preparados los doctorandos, e implica tomar muchos riesgos científicos y profesionales cada vez más importantes (Herzlich, 2002). En efecto, la tesis se inscribe en un mundo científico e intelectual en transformación constante donde la competencia por la obtención de plazas es cada vez más fuerte, pero también por la fama, el reconocimiento y la imagen.

Esta competencia de todos contra todos, con frecuencia sin normas, nutre "la duda lancinante, infranqueable hasta la parálisis en algunos" (Passeron, 2004, p. VIII). Las recientes transformaciones, entre las cuales se encuentra: la burocratización creciente, los numerosos dispositivos de evaluación puestos en marcha en el ámbito de la investigación y en la enseñanza superior, y la preocupación por la rentabilidad, afectan la realización de la tesis empezando por las dificultades para conseguir un espacio para la investigación o una beca atribuida para determinadas disciplinas.

Las condiciones de preparación de la tesis se han transformado, la tesis preparada por un discípulo bajo la mirada de su maestro se inscribe en un sistema cada vez más amplio de relaciones que puede incluir un co–director, profesores-investigadores de la misma institución o de otras, actores del mundo de la investigación o exterior o bien a otros interlocutores que pueden intercambiar opiniones, discutir, leer capítulos o fragmentos, a veces la tesis completa. El director ya no es el único responsable de la tesis porque trabaja en co–tutela; en ocasiones con instituciones de otros países o de otros establecimientos del mismo país y con otras perspectivas de dirección de tesis.

Así, si la dependencia del doctorando con su director de tesis parece ser menos fuerte que en el pasado, no significa que la relación entre ambos, porque se haya vuelto más incierta, sea menos decisiva. Por lo que es parte del trabajo del doctorando —añade Saint Martin— juzgar a su director, valorar sus consejos, conocer su ámbito de competencia, sus trabajos, sus "lados" buenos y malos, y decidir cuándo tomar sus consejos al pie de la letra y cuándo no.

Pero ¿qué hacer ante la falta de consejos? La soledad del tesista puede dar fortaleza, pero también crear ansiedad. Saint Martin insiste en la necesidad de analizar las razones de los problemas y no desanimarse, buscar en fuentes propias para encontrar una solución e intentar, primero que nada, el diálogo.

"El poder no es un amuleto que uno posea y el otro no. Es una particularidad necesaria en las relaciones humanas", explica Norbert Elias (1991, p. 84). Así, existe el poder por parte del director sobre el tiempo del estudiante cuando lo hace corregir, rehacer, esperar sus observaciones o críticas, pero también el poder del estudiante sobre el tiempo del director cuando lo obliga a leer y a releer capítulos de la tesis poco trabajados o cuando no toma en cuenta sus observaciones o lo obliga a leer sus avances en un tiempo muy corto.

Con respecto a la metodología, Claire Lemercier, Carine Ollivier y Claire Zalc responden a la cuestión: ¿Cómo articular los enfoques cualitativos y cuantitativos? Señalan que la línea que separa esos dos "mundos" depende del objeto de estudio, del director de la tesis o de la universidad. Las autoras señalan que es común pensar que si se elige el método cuantitativo hay que trabajar con una gran cantidad de informantes y generalizar las observaciones, mientras que el método cualitativo conlleva la tarea de describir e interpretar, y estas asignaciones metodológicas no siempre están justificadas, por lo que puede resultar interesante articular ambos enfoques en una tesis de ciencias sociales.

La escritura de la ciencia, siguiendo a Maryvonne Charmillot, trata de responder a las preguntas: ¿Provoca angustia escribir? ¿Hay una frontera entre la escritura de la ciencia y la literatura? ¿Qué es la escritura científica? La autora afirma que pensar en la escritura de la ciencia es orientar el trabajo en una perspectiva de emancipación.

Otras autoras como Charmillot, Dayer y Shurmans (2013) reflexionan sobre si: ¿escribir hace sufrir? y si ¿hay que escribir para pensar? En este sentido, refieren que pensar en la escritura de la ciencia es tomarse en serio la responsabilidad de investigar frente a un mundo que contribuye a construir y a transformar a través de sus textos. Pensar en la escritura de la ciencia en este libro es invitar a todos a tener conciencia, a su manera y en la medida de sus posibilidades, de los efectos que pueden tener los textos que se escriben.

Posteriormente, en Convertirse en investigador… encontramos consejos para publicar y dónde publicar, cómo hacer para que la investigación se vuelva pública y se comenta la producción oral como un proceso científico.

En esta última línea, Laurence Zigliara y Remi Hess comentan lo que ocurre durante el momento de la presentación final de la tesis y expresan que durante la defensa se opera el cambio entre el estatus de estudiante y el de doctor. Al finalizar ese ejercicio se habrá cambiado de comunidad de pertenencia. Se trata aquí de que el estudiante le haga ver a los miembros del jurado algo más de lo que escribió en el cuerpo de la tesis. Por eso las múltiples lecturas pueden ayudar a hacer ese trabajo de distanciamiento. El doctorante tiene que iniciar un movimiento regresivo y progresivo para construir su pensamiento crítico. Reconsiderar la tesis es partir del momento en el que se encuentra, es decir, al final del trabajo de escritura, para revalorar el trabajo adquirido con la experiencia e imaginarlo de otro modo para darle un nuevo impulso que permita pensar en otras pistas de investigación.

Para finalizar, Jean–François Bayart reflexiona al respecto de ¿cómo hacer de las ciencias sociales un acto de creación? El autor comenta que es debido a su inutilidad que los investigadores son los avales de una sociedad democrática, garantizando las condiciones de un uso público de la razón, ejerciendo día tras día ese efecto de distanciamiento que es el único que puede ser susceptible de "hacer soplar un viento venido de otros planetas" (p. 346), a condición justamente de comportarse como creadores y no como burócratas del pensamiento, sin importar que muchos de ellos sean funcionarios.

Sólo nos resta aconsejar ampliamente la lectura de este libro tanto para estudiantes de posgrado como para sus profesores, directores, tutores e investigadores, con el fin de conocer o recordar el trayecto de los doctorantes, del cual innumerables aspectos se trasladan al día a día del investigador. Un volumen tan rico en textos y diversidad de temas sólo puede ser valorado en su totalidad a través de una lectura profunda que permita al lector reflexionar en cada una de las propuestas.

 

Lista de referencias

Elias, N. (1991). Qu'est–ce que la sociologie? (Trad. Y. Hoffman). París: Aube.

Herzlich, C. (2002). Réussir sa thèse en sciences sociales. París: Nathan.

Passeron, J. C. (2004). Ecrire, réécrire et dire vrai en sociologie. En H. S. Becker, Écrire les sciences sociales. Commencer et terminer son article, sa thèse ou son livre (pp. VII–XXVI). París: Económica.