Reseña

La interculturalidad en espacios universitarios multiculturales. Voces estudiantiles de Michoacán, Puebla y Veracruz, México

Fabiola Itzel Cabrera Garcíaa

aEstudiante de maestría, Instituto de Investigaciones en Educación, Universidad Veracruzana, México.

maguita_pagana@hotmail.com

Recibido: 26 de abril de 2018

Aceptado: 31 de mayo de 2018

Vargas-Garduño, M. & Dietz, G. (Coord.). (2017). La interculturalidad en espacios universitarios multiculturales. Voces estudiantiles de Michoacán, Puebla y Veracruz, México. Quito, Ecuador: Abya-Yala. 216 págs. ISBN: 978-9942-09-459-9.

La diversidad constituye en el escenario global actual un tema notable, no debido a que sea reciente, sino a que resulta cada vez más visible en determinados espacios simbólicos. No obstante, puede ser celebrada, por una parte, y también concebida como problema, por otra, y desde esta última representación, detonante de discriminaciones que impactan la vida de las personas. Más allá de las teorizaciones de la diversidad, resulta esencial considerar de qué manera está siendo entendida desde lo vivencial, cuáles son las diversidades explicitadas, cuáles permanecen ocultas, y tratar de esbozar posibles acepciones, con la finalidad de generar procesos de intervención para instituir espacios de inclusión. En este sentido, la universidad, como un sitio educativo privilegiado, forma un punto no únicamente idóneo sino también necesario, para abordar a la diversidad y la multiplicidad de expresiones que se tienen sobre ésta. Si bien en México se han elaborado un marco legal así como una política universitaria que emite ciertos lineamientos para atender a la diversidad, conocer la experiencia del actor estudiantil cobra relevancia, pues en esta exploración también aparece la universidad como el lugar en que o bien se incita a procesos de inclusión o, por el contrario, se excluye a la alteridad.

El libro que nos ocupa muestra precisamente las distintas expresiones de la diversidad que “detectan” (p. 201) estudiantes de tres diferentes universidades, en una muestra amplia y múltiple de Facultades, por lo que sus voces resultan la base para el material empírico de los estudios. La obra contiene, además, contribuciones de diferenciados Cuerpos Académicos (CA): “Educación, cultura y procesos de aprendizaje” de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), “Estudios Interculturales” de la Universidad Veracruzana (UV) y “Educación y salud en contextos de interculturalidad y diversidad” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Dichos CA formaron en 2012 la Red de Cuerpos Académicos “Niñez y juventud en contextos de diversidad”, que ha posibilitado el trabajo que se publicó en 2017; éste se ha bifurcado en tres etapas. El libro recoge la primera de ellas, el diagnóstico, explorado a partir de una metodología compartida: la construcción de redes semánticas y la ramificación de dilemas significativos abordados en grupos de discusión y entrevistas, para el caso de los profesores de algunas Facultades; dilemas que abreviaron el trabajo de campo previo de las autoras. Resultan llamativas las diversidades que se contemplan: la sexual, la de género, las capacidades diferentes, la religiosa, la lingüística, la étnica y la que versa sobre la desigualdad económica, pues trascienden la frontera de asociar a la diversidad con manifestaciones de los pueblos indígenas. Pero el libro no sólo se nutre de los casos que cada CA presenta, sino también de la aportación de tres investigadoras dedicadas a estudiar y accionar en el paisaje educativo, desde distintas aristas.

Los coordinadores del libro, Vargas-Garduño y Dietz, asimismo, se enuncian desde diferentes espacios de generación de conocimiento. La primera, doctora en ciencias sociales, es profesora-Investigadora de la Facultad de Psicología de la UMSNH, en Michoacán. El segundo es Investigador en el Instituto de Investigaciones en Educación de la UV en Xalapa, Veracruz; ambos en México, y con la preocupación compartida de la interculturalidad como una propuesta educativa.

A través de un lenguaje sencillo, pero no por ello carente de profundidad, el libro se estructura en ocho capítulos, una introducción y un apartado a modo de conclusión o de “(in)conclusiones” (p. 201). El primero de los capítulos lo escribe Keyser Ohrt (Universidad Pedagógica Nacional), quien ahonda sobre la conceptualización de la diversidad en una reflexión de cariz etimológico sobre vocablos relacionados con ésta. Muestra que los términos no son neutros, unos nombran y otros son nombrados, desde un determinado espacio, imbricado en relaciones de poder. Destaca cómo en México la diversidad se encuentra asentada sobre los pueblos indígenas, y contrapone a dicha idea la de pensar la diversidad como dinámica y heterogénea, no exclusiva de algunas culturas compactas.

La segunda entrada la traza Bertely Busquets (CIESAS), quien propone el término de arena política para exponer a la educación intercultural como un “espacio conflictivo” (p. 29), en el cual pugnan los disímiles actores educativos situados en distintos niveles de articulación y poder. Su finalidad es mostrar la complejidad de una educación diferenciada a ciertos grupos, como la destinada a los indígenas.

En el siguiente capítulo, Merçon (UV), desde una “mirada filosófica” (p. 45), formula que lo educativo se configura en un horizonte de conflicto epistémico y de ciertos discursos legitimados, en donde se fragua una representación hegemónica de la diversidad. Para contrarrestar dicha representación, propone una vía crítica, sostenida de la perspectiva de “ecologización de los saberes”. Con estos tres capítulos se despliegan ante el lector nuevas formas de comprender a la diversidad para, en las siguientes páginas, presentar los casos.

El capítulo 4 muestra la perspectiva de los estudiantes michoacanos. Las autoras, Vargas-Garduño, Méndez Puga y Vargas Silva (UMSNH), encuentran que los estudiantes tienen dificultad para concebir a la diversidad como un elemento positivo para las culturas. Aunque discursivamente aceptan que debe haber cabida para ésta en la universidad, en el tema de la diversidad religiosa consideran que la oposición entre lo científico y lo religioso, en tanto que lo primero es objetivo y lo segundo subjetivo, es aceptable y deseable, por lo que dicha diversidad no debe ser contemplada al interior de las fronteras educativas.

El capítulo 5 se desprende del estudio anterior, y Castro Valdovinos ahonda en la diversidad desde las capacidades diferentes. La autora hace un repaso del marco legal que legitima una atención específica a dicha diversidad, que resulta escueto debido a lo poco escrito sobre ello. En el caso de la educación superior, se cuenta con un Manual que guiará a los actores educativos. Sin embargo, la misma autora señala que las opiniones de los estudiantes giran en torno a las instalaciones del edificio escolar, y no tanto a las prácticas sociales de quienes son diferentes. Esto exhibe una visión de la diversidad asociada a limitaciones físicas y a sujetos específicos.

En el capítulo 6 se exponen los hallazgos de la UV a cargo de Mendoza Zuany, Hidalga Ledesma, Cruz Galindo, Sánchez Herrera y Mora Hernández. El CA que posibilita este estudio enfoca a la diversidad desde “lo intersticial” y “lo híbrido” (p. 126) y acentúa la relevancia de su gestión, primero como derecho y después como recurso. La UV, en años recientes, ha introducido en su política un enfoque intercultural de forma transversal para atender a la diversidad. La aproximación a los estudiantes constituye, entonces, un primer acercamiento para la gestión de ésta en los espacios universitarios y para comprender “cómo formar profesionistas que reconozcan la diversidad en sus respectivos campos laborales” (p. 126), y con ello posibilitar el tránsito hacia una “sociedad intercultural” (p. 126).

El capítulo 7 expone las percepciones encontradas en la BUAP. De la autoría de Martínez Buenabad, Del Rosal Vargas, Podestá Siri y Vázquez Ahumada, se profundiza en la reflexión del territorio, pues se destaca que la geopolítica de los estados ha sido trazada con el fin de desarticular a los grupos indígenas. Por ello, las autoras parten de la premisa de que las fronteras educativas, a diferencia de las otras, deben estipular una pertinencia acorde con las culturas y grupos que han sido excluidos o segregados.

Los casos revelan la complejidad de las diferentes nociones sobre la diversidad, y la manera contradictoria de abordarla por parte de los actores estudiantiles. Se aprecia una escasa o nula relación entre las instituciones educativas y la diversidad, aunque se afirma que dicho contexto es el idóneo para lograr una convivencia lejos de la discriminación y sus expresiones. Asimismo, se expone a los docentes como piezas significativas para reconocer a la diversidad. Por ende, los hallazgos que desarrolla el libro constituyen insumos significativos en la búsqueda de construir un espacio universitario incluyente y a la vez crítico de la diversidad. Sin embargo, pese al débil tratamiento que se ha hecho de ésta en el ámbito de la educación, se muestran también acciones como la apertura de un grupo de Facebook orientado a las diversidades ya mencionadas, iniciado por los “promotores/as del respeto a la diversidad” (p. 189) en la UMSNH; o la creación de la Universidad Veracruzana Intercultural como entidad académica de la UV, y de un posgrado que ahonde en dichos temas: Maestría en Educación para la Interculturalidad y la Sustentabilidad en la misma entidad, como se dilucida en el último capítulo.

La singularidad del libro radica en que no se explora a la diversidad desde los estudiantes adheridos a “colectivos sociales excluidos” (p. 203), como se hace en otros estudios, sino desde la mirada de la otredad dominante: estudiantes y profesores mestizos, oriundos de contextos urbanos, como lo apunta Dietz en el último apartado del libro. De ahí también la relevancia de su lectura: resulta un acercamiento novedoso a la diversidad a partir de miradas heterogéneas, de estudiantes procedentes de diversos sitios del país, en disciplinas académicas diferenciadas e inmersos en historias personales también distintas. El libro revela perspectivas de diversidad, diversas en sí mismas, acompañadas de la mirada científica de los autores que presentan los casos.