Número
29 | Julio-diciembre, 2019 | ISSN 1870-5308
©
Todos los Derechos Reservados
Instituto
de Investigaciones en Educación |
Universidad Veracruzana
Modelos
educativos en la educación universitaria para indígenas en el contexto
latinoamericano
Educational Models in Higher Education for Indigenous Students
in the Context of Latin America
Francisco J. Rosado-May y Valeria B. Cuevas-Albarrán
Recibido: 8 de agosto de 2018
Aceptado: 17
de febrero de 2019
Resumen: La educación
universitaria disponible para estudiantes latinoamericanos indígenas se ubica,
principal pero no únicamente, en alguno de tres modelos educativos. El convencional, basado en el método
científico, no incluye la lengua, los saberes de las culturas indígenas ni sus
formas de aprendizaje; el intracultural,
que descansa en elementos propios de la cultura originaria para fortalecer su
lengua, cultura, forma de pensamiento y cosmovisión; y el intercultural, que intenta combinar las dos anteriores. Reconociendo
que la transmisión y creación de conocimiento son componentes transversales
presentes en los modelos mencionados, se plantean como elementos articuladores
que permiten tender puentes de acercamiento entre ellos. Así, se argumenta que
la interculturalidad puede ser el resultado de un proceso en el que diferentes
formas de construcción de conocimiento coexisten, en un ambiente seguro, dando
oportunidad a la interacción multicultural para la innovación de conocimiento.
Palabras clave: Modelos educativos;
Educación indígena; Educación
intercultural; Educación universitaria.
Abstract: Higher education
available to indigenous Latin-American students can be identified with one of
three academic models. One, called conventional,
based on the scientific method, does not incorporate indigenous languages nor
traditional knowledge or their ways of learning. A second one, called intracultural, rests on elements of the
indigenous culture, strengthening their language, knowledge, social fabric and
world vision. The third one, called intercultural,
attempts to articulate the previous two. Transmission and construction of
knowledge are critical components present in all three models, thus they can be
important elements in bridging the gaps between them. This paper argues in
favor of interculturality as the result of a process in which different systems
of creating knowledge coexist in a safe environment, allowing innovation of
knowledge, intercultural knowledge.
Keywords: Educational Model; Indigenous Education; Intercultural Education; Higher Education.
Introducción
El
número de estudiantes de origen indígena en instituciones de educación superior
ha estado aumentando en años relativamente recientes (Rama, 2009), lo cual es
resultado no solo de las diferentes acciones e instrumentos internacionales
relacionados con los derechos de los pueblos originarios, sino también de
movimientos sociales de base (Tarrow, 1997). Así, gobiernos e instituciones
educativas, de diferentes niveles, han llevado a cabo reformas en normatividad
y en modelos educativos con la finalidad de atender las recomendaciones de
organismos internacionales y demandas locales empujadas por movimientos
sociales (Mato, 2015). Con respecto a educación superior los cambios no han
sido ni homogéneos ni estáticos, incluso dentro del mismo país, tal y como lo ilustra
la United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (UNESCO,
2013 y 2017) al analizar los avances que en materia de educación se ha
alcanzado en Latinoamérica y el Caribe después de la adopción de la política de
educación para todos.
El
escenario antes mencionado se desarrolla en un contexto donde el discurso de la
educación indígena es cada vez mas conspicuo, considerado como una respuesta,
principalmente gubernamental, pertinente a los derechos de los pueblos
indígenas (Ferrão, 2010) y a la atención de necesidades globales de información
cuya fuente proviene de pueblos indígenas (Banco Mundial, 2015, p. 6). Lo
anterior plantea varias preguntas, entre ellas: ¿Qué características tienen los
principales modelos educativos donde se están formando los estudiantes
indígenas a nivel universitario en Latinoamérica? ¿Qué elemento en común tienen
esos modelos de modo que podamos abordar la interculturalidad como algo que,
desde el punto de vista de formación de recursos humanos, materialice una idea
que permita a una sociedad multicultural aproximarse a una intercultural? No
son preguntas fáciles de abordar, ni se pretende emitir un juicio sobre los
modelos educativos; pero su análisis abre ventanas de acercamiento entre
diferentes modelos educativos entendiendo que la construcción de conocimiento
es un elemento transversal entre ellos.
Con
base en revisión de literatura enfocada a Latinoamérica, el presente trabajo
organiza información alrededor de dos conceptos; el primero es el de escuela de
pensamiento, como lo define el diccionario de Cambridge (2018), para
identificar las bases que guían los modelos educativos en donde reciben
educación formal universitaria los estudiantes indígenas. Este ensayo considera
como modelo educativo a:
...la concreción, en términos pedagógicos,
de los paradigmas educativos que una institución profesa y que sirve de
referencia para todas las funciones que cumple (docencia, investigación,
extensión, vinculación y servicios), a fin de hacer realidad su proyecto
educativo”. (Tünnermann, 2008, p.15).
El
segundo concepto es el de conocimiento; para ello se adopta el planteamiento de
Popper (1974) quien, en el contexto de la importancia de la educación, indica
que el conocimiento humano se da a partir de la experiencia donde es posible
“tener expectativas formuladas lingüísticamente sometidas a discusión crítica”
(p. 70).
Asimismo, este trabajo asume que
las bases existentes en materia de legislación, internacional y nacional, como
marco normativo para el acceso a la educación por parte de la población
indígena (Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, 2003, 2008) son
suficientes para el análisis de modelos educativos.
1 El
conocimiento indígena
La
cooperación entre países, a través de organismos internacionales de
financiamiento, ha estado presente en los debates sobre reformas en la
educación superior en Latinoamérica (Rodríguez-Gómez y Alcántara, 2001). En
años recientes este debate ha incorporado el tema del indigenismo en su agenda
(Banco Mundial, 2015), no solo por el papel que juegan en la economía sino
también por los saberes que han acumulado a lo largo de siglos. En este proceso
ha sido notoria la necesidad de acceso a educación para la población indígena.
En el recuento que hacen Hall y Patrinos (2005) sobre el rezago en las
condiciones socioeconómicas de los pueblos indígenas de Latinoamérica en el
contexto del Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo
(1995-2004), establecido por las Naciones Unidas en 1994, encuentran escenarios
nada halagüeños; señalan con claridad que después de una década de
financiamiento por órganos internacionales, el impacto de proyectos para
mejorar la educación y servicios de salud, no ha sido el esperado, se mantienen
los rezagos (p. 23). El Grupo Banco Mundial, señala avances en el combate a los
rezagos que tienen los pueblos indígenas en la primera década del siglo XXI,
pero también reconoce que en América Latina es improbable que se ponga fin a la
pobreza y se logre un desarrollo sostenible sin la participación de las
sociedades indígenas (Banco Mundial, 2015, p. 6).
Tomando
como referencia la correlación entre biodiversidad y diversidad cultural, al
estudiar el estatus de las áreas protegidas de América Latina se encontró que
alrededor de 400 comunidades indígenas, que representan el 10% de la población
de Latinoamérica, albergan casi el 80% de las áreas protegidas (Barragán, 2008,
p. 4). La biodiversidad también se expresa en los agroecosistemas
tradicionales. Thrupp (2000) señala que la seguridad alimentaria se
correlaciona con la agrobiodiversidad en sistemas sostenibles de producción de
alimentos. González Jácome (2004, 2009) demuestra que los pueblos indígenas
desarrollaron culturas, y conocimientos, altamente sofisticadas; la agricultura
tradicional, con su alta biodiversidad, es una prueba de ello.
La
expresión Conocimiento Ecológico Tradicional se ha usado en la literatura para
referirse a un cuerpo de conocimientos, creencias, tradiciones, prácticas y
organización, presentes en comunidades locales y campesinas, que interactúan
con el entorno biofísico (Berkes, 2004, p. 4) y que representan un sistema
altamente sofisticado de transmisión/aprendizaje y de construcción/innovación
de conocimiento que los indígenas han desarrollado por siglos (Wyndham, 2002,
p. 555; Rosado-May, 2016). Por otra parte, esos saberes no solamente tienen
valor local; Gómez-Baggethum, Corbera, & Reyes-García (2013), han
demostrado la importancia que representa el conocimiento ecológico tradicional
en el desarrollo de estrategias efectivas para enfrentar los retos que presenta
los cambios ambientales globales.
Aunque
la conexión no siempre es visible ni entendida, no hay duda de que la educación
se encuentra en el corazón de la discusión anterior. Por ello es importante
conocer cuáles son las escuelas de pensamiento que subyacen en los modelos
educativos al cual acuden estudiantes indígenas para adquirir una educación
formal reconocida en la sociedad actual y por el gobierno. No hay que olvidar
que los procesos de modernización de la educación superior están guiados por el
concepto de sociedad del conocimiento (Ottone y Hopenhayn, 2007), conocida
también como la sociedad de la información o sociedad post-industrial. Por
tanto, es innegable la importancia de entender cómo se están formando los
indígenas para poder participar activamente, incluyendo cuestionamientos, en la
creación de la sociedad del conocimiento con información útil y pertinente para
su sociedad. Las aportaciones de López y Hanemann (2009), Mato (2008a, b;
2009a, b; 2012a; 2016), Dietz y Mateos (2011) y de González, Rosado-May y Dietz
(2017), son referencias importantes para conocer la historia, contexto,
normatividad, política, prácticas y ejemplos en Latinoamérica con respecto a
sistemas de educación dirigidas a indígenas y afrodescendientes.
El
análisis que aquí se presenta no pretende juzgar a las escuelas de pensamiento
ni a las instituciones educativas, sino exponer ideas que pueden ser útiles
para los procesos de formación que tienen que articular los derechos de los
indígenas, las reformas implementadas por los gobiernos, basados en
recomendaciones de instituciones internacionales de financiamiento (Bhargava,
2006), con la necesidad de re-conocer saberes locales y crear conocimiento útil
para toda la sociedad.
2 Estudiantes indígenas en
instituciones de educación superior convencionales
Entre
las estrategias que diferentes países han desarrollado para incrementar la
matrícula, reducir brechas de inequidad y atender los derechos de los pueblos
indígenas en educación superior, está el ofrecimiento de becas, la creación de
cupos especiales y las tutorías. Todas ellas descansan en modelos educativos
que no siempre incluyen en sus planes de estudio, o en sus pedagogías, los
conocimientos, saberes, idioma, cultura o la cosmovisión de los pueblos
indígenas. En Latinoamérica, Mato (2012b) señala que a esos modelos se les
conoce como “convencionales” (p. 19); por tanto, los indígenas formados bajo
esta descripción están recibiendo una educación convencional.
El
modelo convencional es el resultado de un proceso que refleja alta influencia
internacional, especialmente hacia los países en vías de desarrollo. Las
instituciones de educación superior (IES) en Latinoamérica tuvieron, en sus
inicios, la influencia de España; fue hasta finales del siglo XIX e inicios del
siglo XX en que se vincularon al aparato productivo (Jiménez, 2007, p. 176),
convirtiéndose en fuente importante de creación de tecnología para desarrollo
de la industrialización. La incorporación del método científico en el proceso
de enseñanza-aprendizaje en las IES fue la columna vertebral. La anterior
apreciación se confirma, incluyendo variantes y detalles, en ejemplos como
describe Tanck de Estrada (2010), para el caso de México, y Porras (2005) para
Costa Rica.
En
1996 la Universidad para la Paz de la ONU, la Universidad de las Regiones
Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN) y el Saskatchewan Indian
Federal College de Canadá, organizaron en Costa Rica una reunión de
Universidades Indígenas y Programas Afines donde discutieron formas de apoyo a
estudiantes indígenas para incrementar su número y egreso en las IES (Didou y
Remedi, 2006, p. 89). En 2001 la Fundación Ford lanzó una iniciativa global por
10 años, en un programa que se llamó “Pathways to Higher Education”, para
apoyar a un número mayor de estudiantes pobres, de minoría, de modo que puedan
obtener un título universitario; así, 125 universidades de 22 países en Asia,
África y Latinoamérica, obtuvieron el apoyo financiero para incorporarse al
programa Pathways (Ford Foundation, 2008, p. 2).
En
México, el programa Pathways motivó la formación de Unidades de Apoyo para
Estudiantes Indígenas, creadas en cada una de las IES participantes. Los
estudiantes recibieron apoyo a través de becas, asesorías y tutorías dirigidas
a atender sus debilidades en algunas áreas de conocimiento. Los integrantes de
este programa se formaron principalmente en las áreas sociales, humanidades y
económico-administrativas (Didou, 2014, p. 178), en modelos educativos
convencionales.
Es
interesante notar que los trabajos revisados para este apartado no hacen
referencia ni profundizan en los aspectos pedagógicos de las formas de
transmisión/aprendizaje y construcción/innovación de conocimiento que tienen
los indígenas; se asume que la pedagogía es general y semejante para todos los
estudiantes en la IES.
En
un intento por entender el proceso que los estudiantes indígenas de la
Universidad Autónoma de Chapingo, en México, una de las IES beneficiada por el
programa Pathways y con un marco institucional no diseado para facilitar sus
propias formas de aprendizaje y construcción de conocimiento, Chávez (2008)
encontró que una de las estrategias que desarrollaron fue fortalecer las
“asociaciones de paisanos” (p. 39) para discutir, entender, conservar y
fortalecer su identidad como indígena. Por otra parte, el mismo autor encontró
que la práctica homogeneizante de la IES no es lo suficientemente flexible para
adaptarse a las formas indígenas, por lo que se tuvo que desarrollar un
currículo informal en adición al formal y también se tuvo que modificar la
percepción de que existe un “arbitrio cultural impuesto por la autoridad
pedagógica” (Chávez, 2008, p. 41).
Desde
el punto de vista pedagógico y de investigación, en relación con las normas,
protocolos y lineamientos de trabajo que se generan en IES convencionales, es
importante señalar las contradicciones que tiene la educación convencional
cuando se involucran estudiantes indígenas. Harris (2002) lo ilustra usando
personajes imaginarios en narraciones basadas en hechos reales (traducción/interpretación
propia):
Coyote se matricula en una universidad,
siguiendo los consejos de su amigo Cuervo, en el programa de Estudios Nativos.
Cuando asiste a clases de Religión Indígena de Nativos Americanos, a clases de
Metodología de la Investigación y al curso de Nativos Americanos, Coyote se da
cuenta que todos sus profesores son blancos, ningún nativo americano. También
se da cuenta que los libros son escritos por blancos, que en las
investigaciones no participaron indígenas y que no hay prácticas indígenas en
los cursos. Al querer hacer investigación Coyote, siendo indígena, tenía que
someterse a los protocolos y decisiones de un comité de ética formado por no
indígenas. Coyote desea entrevistar a su abuelo para conocer su propia
historia, pero no lo puede hacer hasta que no tener la autorización del comité
de ética, bajo el argumento de que la institución debe “defender a los
indígenas de investigadores sin escrúpulos”. Coyote pensó que a lo mejor sería
necesario abandonar el programa de Estudios Nativos e inscribirse en otro que
se llame Estudios sobre Blancos para poder encontrar, entonces, profesores no
blancos. (Harris, 2002, pp. 195, 196).
Esta
narración ilustra las situaciones incómodas que puede contener un programa
convencional al no tomar en cuenta los saberes, lengua, cultura, cosmovisión,
sistemas de aprendizaje y construcción/innovación de conocimiento que
caracteriza a diferentes culturas (Rogoff, 2014; Rosado-May, 2017).
Las
reflexiones anteriores han contribuido a que emerja el Paradigma Indígena de
Investigación (Arévalo, 2013), que se construye sobre las bases de la
decolonización de metodologías de investigación cuando se refiere a temas
indígenas (Wilson, 2001). Hall y Tandon (2017), por su parte, presentan un
análisis que cuestiona el significado universal de la palabra conocimiento;
basados en un análisis de literatura concluyen que las IES están trabajando
solo en una pequeña parte del amplio y diverso abanico de sistemas de
conocimiento en el mundo. Estos autores se basan en las aportaciones de Sousa
Santos (2010) quien examina como se construye conocimiento en el modelo
convencional y lo que ello significa en las relaciones de poder entre culturas.
Por otra parte, también se ha desarrollado el concepto de Justicia Cognitiva,
como resultado del análisis de las formas de construcción/innovación de
conocimiento y los saberes, que tienen las comunidades indígenas y locales
(Sousa Santos, 2007), las cuales deben tener mucho mayor peso e importancia que
la cultura dominante le ha otorgado hasta el momento. Sousa Santos (2014) ha
contribuido a avanzar estos temas, desde el punto de vista de epistemología,
reclamando que las epistemologías que nacen y se reproducen desde el sur,
representan una forma de resistencia y resiliencia en contra del proceso
epistemicida que lleva a cabo el paradigma dominante de construcción de
conocimiento, que no toma en cuenta las formas locales e indígenas de
construcción de conocimiento.
El
modelo de educación indígena convencional tiene limitantes que deben ser
entendidas y atendidas, bajo la premisa de que los estudiantes de origen
indígena tienen la inteligencia suficiente y necesaria para construir e innovar
conocimiento útil para su comunidad y para la sociedad en general, usando sus
propios sistemas de aprendizaje y construcción de conocimiento.
3 Educación
indígena intracultural
No
sería arriesgado señalar que existen evidencias palpables y contundentes de
conocimiento indígena, tal como el calendario azteca o maya, el cero maya, la
ingeniería en la construcción de ciudades como Tenochtitlán, Chichen Itzá o
Machu Picchu, o los cientos de esferas de piedras prehispánicas en el sur de
Costa Rica. Asimismo, podemos asumir que esas manifestaciones de conocimiento
implican un sistema avanzado y sofisticado de transmisión/aprendizaje que
conduce a la construcción/innovación de conocimiento, sistema que se desarrolló
y perfeccionó durante siglos. Ese sistema necesariamente tenía que ser
sistematizado e innovado constantemente, creado en un contexto, geografía y
momento diferentes con respecto al origen del método científico. En años
recientes se ha documentado el sistema de aprendizaje de grupos indígenas (e.g.
Rogoff, 2014; Rogoff, Najafi and Mejía, 2014), lo cual invita a reflexionar
sobre el papel que juegan la transmisión/aprendizaje y la
construcción/innovación de conocimiento en la resiliencia de la cultura y su
sistema de conocimientos y de saberes.
Con
respecto a los modelos de transmisión y aprendizaje de conocimientos de las
culturas prehispánicas, existen algunas investigaciones que arrojan luz sobre
las formas, pero no necesariamente sobre los procesos cognitivos, ni sobre
pedagogía, al menos como los definimos actualmente. Una de las culturas más
estudiadas es la Azteca (Nahuatl o Mexica); se sabe que tuvieron un sistema,
que podemos llamar escuelas, conformado por los telpochcalli y los calmécac,
importantes para mantener el sistema de gobierno (Hernández, 2005; Escalante,
2010). Para la cultura Inca no hay detalles, aunque Weinberg (1981) describe en
forma general la educación que tuvieron, mientras que Flores (2010) relata la
resistencia maya a las escuelas rurales en Quintana Roo, durante los años
1928-1934, básicamente sustentando su resistencia en sus formas tradicionales
de aprendizaje.
De
acuerdo con la UNESCO (2013) el desarrollo de la sociedad del conocimiento no
ha sido igual para todos los países. Esta afirmación es especialmente
importante cuando se discute que tipo de conocimiento es el que se busca y como
se construye ese conocimiento. La misma publicación señala que la educación
superior debe expandirse y configurarse para promover la movilidad social y la
vinculación. Entre líneas se puede interpretar que la educación superior debe
abrirse a nuevas formas de construcción de conocimiento incluyendo las que han
desarrollado los pueblos originarios. Una de esas formas descansa en el
concepto de intraculturalidad.
El
Diccionario de la Real Academia Española no registra la palabra “intracultural”
ni “intraculturalidad”; sin embargo, la misma fuente señala que la palabra
“intra” es un prefijo que quiere decir “dentro de” “en el interior”, es decir
hacia adentro y la palabra cultura significa un conjunto de modos de vida y
costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico,
industrial, en una época, grupo social, etc. (Real Academia Española, 2018). La
intraculturalidad “permite la recuperación y fortalecimiento de las culturas de
los pueblos indígenas y a la introducción de sus saberes y conocimientos en el
currículum educativo” (Osuna, 2013, p. 454).
En una publicación oficial de la Secretaría de Educación Pública de
México, Riess Carranza (2013) reconoce que la intraculturalidad observa los
elementos antes descritos (p. 20). En un esfuerzo por separar la definición de
intraculturalidad que tiende únicamente a considerar lo interior de la cultura
“la intraculturalidad no es un movimiento exclusivamente hacia adentro ya que
las culturas no pueden bastarse a sí mismas” (Rodríguez, 2015, p. 70), por
tanto, se debe complementar con la interculturalidad; o sea que “no se concibe
una educación intracultural que no sea a la vez intercultural; los dos
conceptos son inseparables” (p. 70).
Con
base en la revisión anterior se presentan ejemplos de instituciones cuyo modelo
educativo y pedagogía descansan en la intraculturalidad.
Bajo
el concepto de Pedagogía de la Afirmación Cultural, en la Escuela Normal
Superior Indígena de Uribia, Colombia se desarrolló un modelo orientado:
“al
reconocimiento y afirmación de la identidad cultural wayüu, al tiempo que
promueve, en la vida escolar, el reconocimiento de la diversidad cultural y
relaciones interculturales en un contexto sociogeográfico local y subregional
signado por la multiculturalidad”. (Unda, M. del P., Guardiola, A., Constan, Z.,
Berrío, O., y Martínez, M., 2008, p. 116).
En la comunidad de Paropata, provincia de Canchis, región
Cuzco del Perú, con hablantes de Quechua se creó un modelo pedagógico basado en
la apertura de la escuela a la comunidad, dando así al saber cultural andino
una oportunidad de aprendizaje “porque
los niños y niñas de Paropata tienen el derecho de aprender desde lo que saben,
siente, lo que desean; es decir, desde su particular forma de ver la vida y el
mundo” (Torres y Casa, 2008, p. 170).
En
Bolivia, el Centro de Culturas Originaras Kawsay desarrolló procesos formativos
basados en la identidad de los pueblos indígenas, debido a que consideran que
el Estado “desarrolla una educación homogeneizadora, excluyente, que
desvaloriza las sabidurías y conocimiento de nuestros pueblos indígenas” (Rojas,
2012, p. 68). Estas son las bases que definen el modelo de Universidad Indígena
Intercultural Kawsay Unik, “espacio que permite desarrollar metodologías
propias en la educación comunitaria en las temáticas de Pedagogía
Intercultural, Derechos Humanos, Derechos Indígenas, Ecoturismo Comunitario,
Gobiernos Comunitarios y Ecoproducción Comunitaria” (Rojas, 2012, p. 72).
Otros
ejemplos de educación superior con metodologías similares a los antes descritos
se encuentran en Bolivia, con varios casos descritos por Choque Quispe (2012);
en Brasil, descritos por Oliveira-Pankararu (2012); del Ecuador destaca la
Universidad Intercultural de los pueblos y Nacionalidades Indígenas, Amawtay
Wasi, patrocinada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas y el
Instituto Científico de Culturas Indígenas del Ecuador (Mato, 2012b).
Guatemala, uno de los países con muy alta población indígena, no ha podido
superar aspectos estructurales y normativos, que le permitan abrir instituciones
públicas de educación superior dirigidos a los indígenas (Mato, 2012b). Costa
Rica es uno de los países del cual no se tiene información acerca de la
formación de indígenas a nivel superior (Mato, 2012b).
4 Modelo educativo intercultural
El
modelo educativo intercultural ha sido desarrollado sistemáticamente en varios
países de Latinoamérica (López y Haneman, 2009; Mato, 2008b, 2012a, 2016; Dietz
y Mateos, 2011; González et al., 2017). De acuerdo con Walsh (2005) el esfuerzo
de ampliar el currículum educativo en varios países, para incorporar la mirada
de otras culturas como las indígenas, ha estado presente desde los años 80 del
siglo pasado. El esfuerzo en educación es considerado como una forma de atender
la problemática y rezagos que tienen los pueblos indígenas (Valladares, 2010;
Comisión Económica para América Latina, 2014).
En
México la educación superior intercultural se ha desarrollado como resultado de
movimientos sociales y respuesta del gobierno federal y algunos estatales (González
Gonzáles et al., 2017). De acuerdo con Schmelkes (2013), una de las razones
para la creación de las UI se basa en que la educación convencional no solo no
incorpora saberes ni formas de aprendizaje ni lengua ni cultura en sus
programas, sino que reproduce pautas de discriminación tácita, cuando no las
agravaron. El órgano oficial que en México tiene como función el desarrollo de
la educación intercultural en el país, la Coordinación General de Educación
Intercultural y Bilingüe (CGEIB,
2004), define a la interculturalidad como “una expresión articuladora del
reconocimiento de la diversidad cultural, étnica y lingüística con los procesos
históricos de cada región del mundo” (p. 12). Reconociendo que el modelo
educativo convencional se basa en formas de pensamiento correlacionados con la
dominación colonial y en métodos que privilegian la transmisión del
conocimiento, no de pensamiento crítico, Casillas y Santini (2009, p. 37)
señalan que el enfoque intercultural facilita la creación de conocimiento como
bien colectivo. Así, para facilitar el diálogo de saberes, la educación
intercultural debe reconocer las formas ancestrales de generación de
conocimiento y debe transformar la visión de cultura predominante (Casillas y
Santini, 2009, p. 38).
La
educación intercultural está presente también en Costa Rica, donde se reconoce
que las condiciones de rezago y desventaja de la población de campesinos e
indígenas deben inspirar una pedagogía intercultural basada en el pensar
crítico y alternativo para transformar la realidad y así crear condiciones
teórico-metodológicas para construir la pedagogía de la diferencia (Gómez,
2010).
Con
la opinión de 12 especialistas internacionales, quienes abordan el tema de
educación intercultural y ofrecen marcos conceptuales para entender conceptos
como cultura y su relación con educación, lenguaje, religión, así como
diversidad cultural, multiculturalismo e interculturalismo y aspectos de
desventaja que tienen las culturas minoritarias, la UNESCO (2006) propone tres
principios sobre los que se debe basar la educación intercultural:
a)
La educación intercultural respeta la identidad cultural del educando,
impartiendo a todos una educación de calidad que se adecúe y adapte a su
cultura;
b)
La educación intercultural enseña a cada educando los conocimientos, las
actitudes y las competencia culturales necesarias para que pueda participar
plena y activamente en la sociedad; y
c)
La educación intercultural enseña a todos los educandos los conocimientos
actitudes y las competencias culturales que les permitan contribuir al respeto,
el entendimiento y la solidaridad entre individuos, entre grupos étnicos,
sociales, culturales y religiosos, y entre naciones. (UNESCO, 2006, p. 34)
El
modelo educativo intercultural ha recibido mucha más atención que el modelo
intracultural; así se desprende de la obra de González González et al. (2017)
para México, o para los Andes y la Amazonia con base en Godenzzi (1996), Mato
(2016), López (2009) y Cornejo (2012). Estos autores convergen en la idea de
que la interculturalidad es un proceso continuo que debe involucrar a toda la
sociedad y no solamente a los indígenas. López (2001), enfatiza la
dimensión cultural del proceso educativo intercultural que debe conducir a un
aprendizaje significativo tanto social como culturalmente (p. 17); esto se
puede lograr a través de una currícula que incorpora los saberes y valores
propios o apropiados por parte de las sociedades indígenas con aquellos
conocimientos desconocidos y ajenos a través de un diálogo permanente entre la
cultura tradicional y la de corte occidental (p. 18). Esta complementariedad
debe satisfacer las necesidades de la población indígena y mejorar sus
condiciones de vida (López, 2001, p. 8).
La
educación intercultural implica una reforma profunda en la práctica educativa
(gestión y pedagogía) para poder responder a la diversidad que se genera en la
convivencia y confrontación entre diferentes grupos étnicos de una sociedad
pluricultural (Aguado, 1991, p. 90). La misma autora indica que no todas las soluciones
educativas que los gobiernos han ofrecido a la pluralidad étnica de sus
sociedades son interculturales (Aguado, 1991, p. 102), sino que han fortalecido
la aplicación del concepto de pedagogía diferenciada, el cual ha estado en uso
desde hace varios decenios (Jiménez, 1987, p. 8). En Latinoamérica, muchas de
las reformas educativas reflejan bastante la situación antes descrita, ya que
en la práctica académica existe un pensamiento mas multicultural que
intercultural (López y Küper, 1999, p. 37; Walsh, 2005, p. 24). Walsh (2005)
identifica algunos elementos presentes en las currículas que pueden ser la base
de la multi e interculturalidad: contribuciones étnicas como la celebración de
días festivos y folclorización de la cultura indígena, currículum aditivo más
allá de la folclorización, desarrollo del auto concepto que permita una
relación directa entre autoestima y aprendizaje, etnoeducación para el
fortalecimiento de la identidad y pertenencia étnica de todos los estudiantes,
integración para vivir en una sociedad pluricultural, educación antirracista y
la reconstrucción de transformación intercultural que permita la discusión de
conceptos, temas y problemas desde diferentes perspectivas culturales para
generar análisis críticos de y en la diversidad cultural (pp. 25, 26).
A
pesar de los años que tiene en su implementación, el concepto de educación
intercultural podría considerarse aun en debate. De acuerdo con los argumentos
presentados por Montañez (2015), la educación intercultural podría ser considerada
como una forma de contrato colonialista que se hace efectiva a través de
políticas públicas de diversa índole que generalmente sustituyen proyectos
anteriores degradados mediante la renovación de nombre. En vez de políticas
multicultuales, indígenas, de solidaridad y desarrollo, ahora son
interculturales (Montañez, 2017, p. 10). Walsh (2005, 2007) ya había hecho
notar la relación entre interculturalidad y colonialidad a través de educación.
Por su parte González Ortiz (2007) indica que la interculturalidad es una
intención política, necesaria pero no suficiente, para construir una sociedad
incluyente. Analizando la corriente de pensamiento intercultural conocida como
funcional, Walsh (2009) presenta el concepto de interculturalidad crítica y la
acompaña de una pedagogía de-colonial para enfatizar que las políticas públicas
de educación intercultural no atienden problemas estructurales que necesitan
entenderse mejor en la relación estado-pueblos indígenas.
5 Discusión
En
la literatura disponible para conocer mejor tanto las instituciones de
educacion superior que albergan a estudiantes indígenas como los modelos
educativos que desarrollan, no se encuentra una base de datos que enliste las
instituciones por país y con datos de matrícula indígena y otra información
básica. Este es un ejercicio pendiente de realizar. No obstante, la literatura
disponible analizada en el cuerpo de este trabajo, permite señalar que en
Latinoamérica existen estrategias para que la educación sea más inclusiva e
incluyente con base en normatividad que emana de acuerdos internacionales y
derechos de los pueblos indígenas. Esas estrategias se expresan en modelos
educativos y pedagogías para la participación efectiva de estudiantes indígenas
(e.g. Mato, 2016; López y Küper, 1999; Casillas, Badillo y Ortiz, 2012; González et al., 2017). Aún
cuando son dinámicos y acordes con alguna época, los modelos y pedagogías que
cada institución ofrece a los estudiantes indígenas están guiadas por el
concepto de educación adoptado, convencional, intracultural, intercultural o
algunas de sus combinaciones, las cuales
parecen desarrollarse en pistas paralelas. Cada modelo ha sido materia de
análisis y crítica como las que registran González-Apodaca (2017) así como
Bermúdez y González-Apodaca (2018). Sin embargo, en todos esos modelos
educativos hay un componente que ha sido poco abordado en la discusión: el
proceso de la transferencia/aprendizaje y construcción/innovación del
conocimiento. Este elemento tiene el potencial de reducir las brechas entre los
diversos modelos y permitir encontrar formas de articulación entre ellas,
proceso muy importante de entender en el contexto de educación en la
construcción de la sociedad del conocimiento a través de mejoras en los
sistemas educativos en Latinoamérica y el Caribe (Ottone y Hopenhayn, 2007).
El
enfoque sobre construcción de conocimiento en la educación no es nuevo (Moreno,
2012), pero no ha sido abordado lo suficiente como para que tenga un impacto
significativo en modelos educativos. Por su parte, al estudiar los factores
limitantes para la enseñanza-aprendizaje de lenguas indígenas, con una alta
diversidad de variaciones, Pérez (2018) señala que las prácticas multilingües y
multiculturales se encuentran en todo el territorio mexicano, lo cual debe
permear en todo el sistema educativo del país. En este sentido, y para otras
áreas de conocimiento, se debe tomar en cuenta los procesos diferenciados de
aprendizaje y construcción de conocimiento de los estudiantes. Al estudiar la
educación superior intercultural en México, Hernández (2017) reconoció cuatro categorías
de modalidades de oferta educativa para estudiantes indígenas, semejantes a los
del presente trabajo, y concluyó que en la educacion superior dirigido a
indígenas se requiere incorporar cambios de fondo que partan del pluralismo
epistemológico y contribuyan a consolidar modalidades sostenibles de
colaboración intercultural. Hernández (2017) no menciona como lograr esos
cambios, pero es claro que necesita algún elemento integrador y ese elemento
puede y debe ser el proceso de construcción de conocimiento.
Uno
de los razonamientos a favor de la educación convencional se puede expresar en
la siguiente frase: el conocimiento es igual independientemente de la cultura;
por ejemplo, al multiplicar dos por dos siempre resulta cuatro. Este argumento
no refleja el punto central del análisis; no se discute el resultado de la
multiplicación (sirva como ejemplo), sino el proceso cognitivo detrás del
resultado. No es lo mismo para un Maya que en cuyo idioma la misma operación se
expresa: “ka’ape ya’ba ka’ape u ts’aa kanpé”, que en español realmente dice:
“dos veces dos me da cuatro”, mientras que en la escuela se enseña, usando el
español, “dos por dos, igual a cuatro”. Mentalmente la palabra en español
“por”, que se usa para aprender el proceso de multiplicación, no ayuda al
proceso cognitivo para entender lógicamente el resultado de la multiplicación.
Por
ortra parte, uno de los argumentos más escuchados a favor de la educación
intracultural se puede expresar como sigue: para hablar de equidad entre
indígenas y no indígenas, los primeros necesitan tiempo y recursos para
re-aprender sus formas de vida, cultura, lengua; si tratamos ahora de tener una
relación de igualdad, de antemano los indígenas están en desventaja porque han
sido más de 500 años de abandono, por eso es necesaria la educación
intracultural ahora. Este argumento tiene mucha fuerza, lógica y aceptación,
pero también tiene un problema. Asume, aunque no en forma conspicua, que el
avance o desarrollo, en cualquier forma de expresión, por parte de la otra cultura
con la que un grupo indígena podría interactuar, se va a detener y a esperar a
que el grupo indígena considere que ya tiene los suficientes elementos para una
interacción con equidad. Esto es muy difícil que suceda, lo más probable es que
las brechas se hagan mucho más grandes.
En
el caso de la educación intercultural el reto más importante que se desprende
de toda la revisión de literatura es cómo diseñar un sistema de educación que
permita atender las diferencias en las formas de aprendizaje y construcción de
conocimiento que tienen las diferentes culturas interactuando en el mismo
espacio y tiempo. Esta apreciación asume que cada cultura podría tener formas
preferenciales de aprendizaje y construcción de conocimiento, que pueden ser, o
no, diferentes entre sí. La diversidad entre los estudiantes no solamente es
por su origen, por sus facilidades para ciertas áreas del conocimiento y no por
otras, o por su situación socioeconómica, sino también por su forma de
aprendizaje y construcción de conocimiento. En otras palabras, la
heterogeneidad en las formas de aprendizaje y construcción de conocimiento está
presente en todos los modelos educativos.
Un
concepto sólido, bastante usado, relacionado con la educación intercultural, es
el de diálogo de saberes. En este trabajo se adopta la definición sencilla pero
elegante que Pérez y Alfonzo (2008) usan para entender el diálogo de saberes:
“una red de aportes coginitivos [...] que se despliega en la diversidad de
posiciones y miradas que se entrecruzan a través de relaciones intersubjetivas”
(p. 455). Este concepto se considera bastante útil para atender los problemas
ambientales en el que deben participar indígenas y no indígenas porque “apunta
a la producción de nuevas formas de comprensión del mundo que emergen de la
dialógica del intercambio de saberes y de la disputa de sentidos de
reapropiación social de la naturaleza y de la cultura” (Leff, 2003, p. 33).
Otros autores aplican el mismo concepto en el campo de la salud humana
explicando que “es una propuesta alternativa al modelo convencional de
educación en salud” (Bastidas, Pérez, Torres, Escobar, Arango y Peñaranda,
2009, p. 104), y
señalan que el concepto es “más que una propuesta pedagógica, es una práctica
ontológica fundamentada en el respeto y en la práctica de relaciones
horizontales y democráticas” (p. 104). Por su parte, Santiago y Morfín (2011)
aprovechan la idea del concepto y la aplican a la animación turística como
herramienta pedagógica con la intención de catalizar los procesos de
concientización del turista. Ampliando la discusión sobre el concepto de
diálogo de saberes, en un contexto de construcción de conocimiento, Dietz y
Mateos (2011) presentan elementos epistemológicos y lingüísticos que deben ser
incorporados en la discusión, sin ellos el diálogo podría llevarse a cabo en
forma asimétrica (p. 116); también reflexionan sobre el riesgo de equiparar el
diálogo de saberes con un diálogo de culturas provocando una dicotomización que
no favorece la comunicación para alcanzar la interculturalidad (p. 120).
La
discusión sobre las escuelas de pensamiento que guían la currícula y pedagogía
en las instituciones donde acuden estudiantes indígenas, debe incorporar un
elemento que no ha sido considerado lo suficiente, a pesar de haber sido
presentado en la literatura hace varios años. Es el concepto del efecto
centrífuga o centrípeta en su relación con la educación y las culturas. Mallea
& Young (1984) hacen un análisis de la diversidad cultural en la educación
de Canadá, usando el concepto antes mencionado, el cual se basa en la obra de
Schermerhorn (1970). Mallea & Young (1984) dejan claro que el sistema
educativo de Canadá, en esos años, se alejaba de aceptar lo positivo que puede
ser, en una sociedad, la diversidad de lenguas y culturas; incluso las escuelas
han tratado de erradicar esas diferencias, con la tendencia de asimilar, no
apreciar las diferencias, en torno a una cultura dominante, la anglosajona (p.
1). En una sociedad multiétnica existe una competencia entre dos fuerzas o
tendencias, una centrípeta y otra centrífuga (Schermerhorn 1970); las
tendencias centrípetas se refieren tanto a las tendencias culturales, la
aceptación de valores y estilos de vida comunes, como a aspectos estructurales
que permiten incrementar la participación de personas en grupos, asociaciones o
instituciones comunes; mientras que las tendencias centrífugas son las que
promueven la separación de individuos de sus grupos dominantes (p. 81).
En
otras palabras, cada escuela de pensamiento, que guía la pedagogía y el currículum
de su modelo educativo, está acompañada de elementos estructurales propios de
la cultura de una sociedad, tales como la promoción de sus valores, idioma,
creencias, incluyendo formas de aprendizaje y construcción de conocimiento.
Así, una escuela de pensamiento en educación básicamente aprovecha elementos
culturales para reafirmar sus valores y, al mismo tiempo, para ejercer un
efecto centrípeta, atrayendo a personas de otra cultura hacia esos valores que
podrían ser distintos a los suyos. Este efecto centrípeta puede estar
acompañado de un efecto centrífuga proveniente de las culturas de las cuales se
desprenden las personas asociadas al efecto centrípeta, tratando de cambiar sus
propios valores y sustituyéndolos por otros que no son de su propia cultura.
Cuando este fenómeno sucede, se puede considerar que la cultura, o sociedad
originaria, no tiene los suficientes elementos para mantenerse cohesionada y
generar su propio efecto centrípeta, por lo tanto “expulsa”, a través de una
acción centrífuga, a sus integrantes.
Lo
anterior suena como una competencia entre fuerzas centrípetas, en el que tendrá
mayores posibilidades de éxito aquella que en las otras culturas o sociedades
de su entorno existan fuerzas que permitan el efecto centrífugo que expulse a integrantes
de esas culturas o sociedades. Este escenario no debería ser apropiado en una
sociedad multicultural en la era de la sociedad del conocimiento y la
diversidad cultural y biológica ya que incrementa la probabilidad de pérdida de
saberes, cultura, formas de aprendizaje y de construcción de conocimiento.
El
escenario antes descrito ofrece una posible explicación a la creación de nuevos
conceptos y áreas de investigación que atiendan y entiendan los procesos y
ofrezcan alternativas para la educación indígena. En adición a los conceptos
como diálogo de saberes, epistemología del sur, paradigma indígena de
investigación, justicia cognitiva, epistemicidio, árbitros culturales, todos
ellos abordados en alguna de las secciones de este trabajo, es importante
mencionar que, especialmente en los Estados Unidos, otros conceptos han
emergido en años recientes. Uno de ellos se conoce como soberanía educativa el
cual, de acuerdo con Moll (2002), es un término inspirado en el trabajo
académico que se lleva a cabo a través de investigar en y con las comunidades
indígenas de Estados Unidos y que refleja una gran necesidad de abordar el reto
de contrarrestar una larga historia de coerción y control en la enseñanza que
ofrece el estado, con autoritarismo arbitrario, que refleja una estructura de
poder que no permite a los latinos y otras minorías de Estados Unidos,
desarrollar su potencial. Moll (2002) también señala que no usa el término
soberanía para crear estrictas delimitaciones, fronteras, de separación tal y
como se imponen las delimitaciones de un territorio. El trabajo de Nieto (2005)
describe básicamente las razones que conllevan a generar un concepto que cobije
y ofrezca metodologías viables para enfrentar los retos de rezago,
discriminación, que se expresan en el discurso dirigido a latinos y otras
minorías en Estados Unidos, y que lleva términos como “culturalmente
deprimidos”, “estudiantes en riesgo”, “brechas de desempeño”, “problemas que la
escuela debe resolver”, preguntándose por qué el discurso oficial no lleva
términos como “brechas en recursos o brechas en equidad” en vez de “brechas de
desempeño” (p. 465).
Otro
concepto que se ha desarrollado en años recientes, relacionado con la
problemática del modelo educativo en la sociedad del conocimiento, es el de
“soberanía indígena sobre información y datos”. El tema ha sido desarrollado
principalmente en Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. Kukutai &
Taylor (2016) presentan una excelente colección de trabajos que muestran el
origen del concepto, el cual no se aleja de los argumentos que sustentan la
intraculturalidad, el papel del colonialismo en la captura e interpretación de
información sobre los conocimientos y culturas indígenas, así como la
interpretación inadecuada de datos oficiales sobre estadísticas relacionadas
con los pueblos indígenas. Schultz & Rainie (2014) abordan la misma
problemática y al mismo tiempo fortalecen el concepto de soberanía indígena
sobre información y datos con relación a nativos americanos en los Estados
Unidos.
Una
buena parte de la revisión de literatura sobre educación para indígenas gira
alrededor del conocimiento, pero no se discute suficientemente al respecto, ni
desde el punto de vista conceptual ni metodológico, como es el proceso de su
transmisión/aprendizaje y como se construye/innova. Tampoco se aborda que el
conocimiento también surge como resultado de la confrontacion entre la visión
de desarrollo que proveniente de los estados y el concepto de vivir bien que
tienen los pueblos indígenas, tal com implica el trabajo de Mora (2012). Así,
bajo la hipótesis de que alrededor del entendimiento de la
transmisión/aprendizaje y construcción/innovación del conocimiento existe
potencial para articular elementos que permitan desarrollar mucho más fuerte a
la educación intercultural, se ha propuesto como definición de trabajo la
siguiente expresión: “La educación intercultural es el resultado de un proceso
que permite la coexistencia de diferentes formas de aprendizaje y construcción
de conocimiento en un ambiente seguro y respetando valores glocales”
(Rosado-May, 2015, p. 130).
Adoptando el conocimiento como el eje principal en la
interacción entre culturas, cada una participando con su propio bagage y
aprendiendo entre sí en un ambiente seguro y de respeto, se crean condiciones
para la co-creación de conocimiento. Esta posición asume que en un mundo
multicultural es viable que el conocimiento pueda emerger de la interacción de
saberes entre culturas, es decir, co-creación. Esta posibilidad es un justo
reconocimiento a los grupos sociales, a los diferentes saberes y sus diferentes
formas de transmisión/aprendizaje; es una forma de generar conocimiento
intercultural que podría ser de utilidad global o local. La idea no es nueva,
en su reporte sobre ciencia, la UNESCO (2015, p. 6) sugiere la co-creación de
conocimiento (ciencia con los saberes indígenas) como una estrategia viable
para el desarrollo científico en Latinoamérica. La co-creación de conocimiento
cuenta con metodologías, como la que presentan Mauser, Klepper, Rice, Schmalzbauer,
Hackmann, Leemans, & Moore (2013),
que permiten vislumbrar una alternativa importante y viable en la
construcción de un planeta sostenible que necesita de los saberes indígenas,
junto con sus formas de aprendizaje y construcción de conocimiento.
El objetivo de este trabajo no es juzgar a los modelos
educativos, sino contribuir a hacer visible que los modelos educativos
descansan en premisas sobre formas de construcción de conocimiento y que falta
hacer mas investigación para entender los procesos cognitivos diferenciados, en
un contexto multicultural, que están mediados por las culturas y conducen a
entender las formas de construcción/innovación de conocimiento. Un mejor
entendimiento de lo anterior permitiría establecer puentes no solo entre culturas
sino entre modelos educativos. La anterior afirmación, sin embargo, aun no
puede considerarse como una conclusión del trabajo, sino como una aportación a
la discusión sobre educación intercultural. ⸭
Referencias
Aguado, M. T. (1991). La
educación intercultural: concepto, paradigmas, realizaciones. En M. del C.
Jiménez Fernández (Coord.) Lecturas de
pedagogía diferencial (pp. 89-104). Madrid:
S. L. Libros Dykinson.
Arévalo, G. A. (2013). Reportando
desde un frente decolonial: La emergencia del paradigma indígena de
investigación. En G. A. Arévalo Robles e I. Zabaleta Chaustre (Eds.) Experiencias, luchas y resistencias en la
diversidad y multiplicidad (pp. 51-78). Bogota: Asociación Intercultural
Mundu Berriak.
Barragán,
L. (2008). Pueblos indígenas y áreas
protegidas en América Latina. Santiago, Chile: Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Banco Mundial (2015). Latinoamérica
indígena en el siglo XXI. Primera década. Práctica global social, urbana, rural
y de resiliencia. América Latina y el Caribe. Washington, DC: Banco
Internacional de Reconstrucción y Fomento/Banco Mundial.
Bhargava, V. (2006). The role of international
financial institutions in addressing global issues. In V. Bhargava (Ed.) Global issues for global citizens: An
introduction to key development challenges (pp. 393-409). Washington, DC: World Bank.
Bastidas, M., Pérez, F. N., Torres, J. N., Escobar, G.,
Arango, A. y Peñaranda, F. (2009). El diálogo de saberes como posición humana
frente al otro: referente ontológico y pedagógico en la educación para la
salud. Investigación y Educación en
enfermería, 24(1), 104-111.
Berkes,
F. (2004). Traditional Ecological Knowledge in perspective. In
J.T. Inglis (Ed.) Traditional Ecological
Knowledge: Concepts and Cases (pp. 1-9). Ottawa: International Program on
Traditional Ecological Knowledge.
Bermúdez,
F. M. y González, E. E. (2018). Esencialización,
revaloración y apropiación étnica. Representaciones del estudiantado indígena
en la investigación sobre educación superior intercultural, indígena y
comunitaria en México. Antropología
Andina, Muhunchik-Jathasa, 5(1), 19-42.
Cambridge Dictionary (2018). Recuperado de:
http://dictionary.cambridge.org/es/diccionario/ingles/school-of-thought
Casillas, M. A., Badillo, J. y Ortiz, V. (coords.)
(2012). Educación Superior para indígenas
y afrodescendientes en América Latina. Xalapa, Veracruz: Universidad
Veracruzana, Biblioteca Digital de Humanidades, Investigación Colectiva 3.
Casillas, M. de L. y Santini, L. (2009). Universidad intercultural, modelo educativo.
Segunda edición. México, D.F.: Coordinación Intercultural de Educación
Intercultural y Bilingüe.
Comisión
Económica para América Latina. (2014). Los
pueblos indígenas en América Latina. Avances en el último decenio y retos
pendientes para garantía de sus derechos. Santiago, Chile: Naciones Unidas.
Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas. (2003). Convenio 169 de la OIT
sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes. Cuadernos de Legislación Indígena.
México: Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas. (2008). Declaración de las
Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas. México:
Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.
Coordinación General de Educación Intercultural y
Bilingüe. (2004). Políticas y fundamentos
de la educación intercultural bilingüe en México. México, D.F.: Secretaría
de Educación Pública, Coordinación General de Educación Intercultural y
Bilingüe, Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas
Chávez, M. E. (2008). Ser indígena en la educación
superior ¿Desventajas reales o asignadas? Revista
de la Educación Superior, 37(148), 31-55.
Choque,
M. E. (2012). Políticas de educación para pueblos indígenas, originarios,
campesinos y afrodescendientes en Bolivia. En: Mato, D. (coord.) Educación superior y pueblos indígenas y
afrodescendientes en América Latina. Normas, políticas y prácticas, (pp. 139-175). Segunda edición
ampliada. Caracas: IESALC/UNESCO.
Cornejo, J. (2012). Educación, interculturalidad y
ciudadanía. Educar em revista, Curitiba,
Brasil, 43, 239-254
Didou,
S. y Remedi, E. (2006). Pathways to
higher education: una oportunidad de educación superior para jóvenes indígenas
en México. México: Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de
Educación Superior.
Didou, S. (Coord)
(2014). Los programas de educación
superior indígena en América Latina y en México. Lima: UNESCO, CONALMEX, IESALC.
Dietz, G. y Mateos, L. (2011). Interculturalidad y educación intercultural en México. Un análisis de
los discursos nacionales e internacionales en su impacto en los modelos
educativos mexicanos. México, D.F.: SEP-CGEIB.
Escalante, P. (2010). La etapa indígena. En D. Tanck de Estrada (coord.),
Historia mínima de la educación en
México (pp. 13-35). México, D.F.: El Colegio de México.
Ferrão,
V. M. (2010). Educación intercultural en América Latina: distintas concepciones
y tensiones actuales. Estudios
pedagógicos, 36(2), 333-342.
Flores, J. M. (2010). La resistencia maya a las escuelas
rurales en Quintana Roo, 1928-1934. História
Unisinos, 14(2), 161-176.
Ford Foundation (2008). Pathways to higher education. A Ford Foundation global initiative for
promoting inclusiveness in higher education. New York: Ford Foundation,
Knowledge, Creativity & Freedom Program. Recuperado
de: https://www.fordfoundation.org/media/1750/2008-pathways_to_higher_education.pdf
Godenzzi,
J. C. (1996). Educación bilingüe e interculturalidad en los Andes y la
Amazonía. Crónicas Bibliográficas No. 2, diciembre. Revista Andina, año 14, 559-581
Gómez-Baggethum,
E., Corbera, E., & Reyes-García, V. (2013). Traditional
ecological knowledge and global environmental change: research findings and
policy implications”. Ecology and Society,
18(4), 72, http://dx.doi.org/10.5751/ES-06288-180472)
Gómez, J. R. (2010). Pedagogía intercultural: ¿Un eufemismo para
tranquilizar conciencias o una alternativa para la transformación? Revista Electrónic@ Educare, 14 (1),
77-84.
González-Apodaca,
E. (2017). El campo político de la educación superior intercultural en México. O Público E O Privado, No. 30, 107-127.
González,
F., Rosado-May, F.J. y Dietz, G. (Coords.) (2017). La gestión de la educación superior intercultural en México. Retos y
perspectivas de las universidades interculturales. Chilpancingo, Guerrero,
México: Universidad Autónoma de Guerrero y El Colegio de Guerrero A.C.
González,
A. (2004). Ambiente y cultura en la agricultura tradicional de México: casos y
perspectivas. Ciencia Ergo Sum,
11(2), 153-163.
González,
A. (2009). El maíz como producto cultural desde los tiempos antiguos. En: C.
Morales Valderrama, y C. Rodríguez Lazcano, (Coords.). Desgranando una mazorca. Orígenes y etnografía de los maíces nativos.
Diario de Campo, suplemento número 52, enero-febrero (pp. 40-67). México D.F.:
Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Gonzalez,
F. (2007). Crítica dela interculturalidad: la construcción de un proceso en el
marco de la modernización. Cuadernos
Interculturales, 5(9), 63-89.
Hall,
G. y Patrinos, H. A. (2005). Los pueblos indígenas de América Latina. Finanzas & Desarrollo, diciembre,
23-25. Recuperado de: https://www.imf.org/external/pubs/ft/fandd/spa/2005/12/pdf/hall.pdf
Hall, B. L. and Tandon R. (2017). Decolonization of
knowledge, epistemicide, participatory research and higher education. Research for All, 1(1), 6-19.
Harris, H. (2002). Coyote goes to school: the paradox
of indigenous higher education. Canadian Journal of Native
Education, 26(2),
187-196.
Hernández,
S.E. (2017). Educación superior e interculturalidad en México: modalidades,
desafíos y recomendaciones. Educación
Superior y Sociedad, Vol 20, julio-diciembre, 21-47.
Hernández,
G. (2005). El Estado en México, 1521-2005.
México, D.F.: Plaza y Valdéz.
Jiménez,
E. (2007). La historia de la universidad en América Latina. Revista de la Educación Superior,
36(141), 169-178.
Jiménez,
C. (1987). Pedagogía diferencial: posibilidades y límites. Revista Española de Pedagogía, 45(175), 7-27.
Kukutai,
T. & Taylor, J. (Eds.) (2016). Indigenous
data sovereignty, towards an agenda. Canberra: Australian National
University Press.
Leff, E. (2003). Racionalidad ambiental y diálogo de
saberes: sentidos y senderos de un futuro sustentable. Desenvolvimento e Meio Ambiente, 7, 13-40.
López, L. E. (2001). La
cuestión de la interculturalidad y la educación latinoamericana. Documento
de apoyo. Séptima Reunión del Comité Regional Intergubernamental del Proyecto
Principal de Educación en América Latina y el Caribe. Universidad Mayor de San
Simón, Cochabamba, Bolivia. Oficina Regional de educación de la UNESCO,
Santiago de Chile. Recuperado de: http://red.pucp.edu.pe/ridei/files/2011/08/731.pdf
López, L. E. (Ed.) (2009). Interculturalidad, educación y ciudadanía. Perspectivas latinoamericanas.
La Paz, Bolivia: FUNPROEIB Andes y Plural Editores.
López, L. E. y Hanemann, U. (Eds.) (2009). Alfabetización y multiculturalidad. Miradas
desde América Latina. Guatemala: UNESCO, UIL y GTZ.
López, L. E., y Küper, W. (1999). La educación
intercultural bilingüe en América Latina: balance y perspectivas. Revista Iberoamericana de Educación, 20
(mayo-agosto). Recuperado de http://rieoei.org/rie20a02.htm
Mallea J.R. & Young, J.C. (1984). Cultural diversity and Canadian education.
Issues and innovations. Ottawa:
Carleton University Press.
Mato, D. (Coord.) (2008a). Diversidad
Cultural e Interculturalidad en Educación Superior. Experiencias en América
Latina. Caracas: Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación
Superior en América Latina y el Caribe (IESALC-UNESCO).
Mato, D. (2008b). No hay saber “universal”, la colaboración
intercultural es imprescindible. Alteridades,
18(35), 101-116.
Mato, D. (Coord.) (2009a). Instituciones Interculturales de
Educación Superior en América Latina. Procesos de Construcción, Logros,
Innovaciones y Desafíos. Caracas: Instituto Internacional de la UNESCO para
la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC-UNESCO).
Mato, D. (Coord.) (2009b). Educación Superior, Colaboración
Intercultural y Desarrollo Sostenible/Buen Vivir. Experiencias en América
Latina. Caracas: Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación
Superior en América Latina y el Caribe (IESALC-UNESCO).
Mato, D. (Coord.) (2012a). Educación superior y pueblos indígenas y afrodescendientes en América
Latina. Normas, políticas y prácticas. Caracas: IESALC/UNESCO.
Mato, D. (2012b). Educación Superior y Pueblos Indígenas y
Afrodescendientes en América Latina. Constituciones, Leyes, Políticas Públicas
y Prácticas Institucionales. En D. Mato (Coord.), Educación Superior y
Pueblos Indígenas y Afrodescendientes en América Latina. Normas, Políticas y
Prácticas, (pp. 13-98). Caracas:
Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América
Latina y el Caribe (IESALC-UNESCO).
Mato, D. (2015). Educación superior, estados y pueblos indógenas
en América Latina. Contextos, experiencias, conflictos y desafíos. En D. Mato
(Coord.), Educación Superior y Pueblos Indígenas en América Latina.
Contextos y experiencias (pp.
19-44). Buenos Aires: Editorial de la Universidd Nacional Tres de
Febrero (EDUNTREF) y el Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación
Superior en América Latina y el Caribe (IESALC-UNESCO).
Mato, D. (Coord.) (2016). Educación superior y pueblos indígenas en América Latina. Experiencias,
interpelaciones y desafíos. México:
UNAM, UNTREF, IESALC/UNESCO, GIZ, Red Esial.
Mauser, W., Klepper, G., Rice, M., Schmalzbauer, B.S.,
Hackmann, H. Leemans, R. & Moore, H. (2013). Transdisciplinary global
research: the co-creation of knowledge for sustainability. Current Opinion in Environmental Sustainability, 5(3-4), 420-431.
Moll, L. (2002). The concept of educational
sovereignty. Perspectives on Urban education,
1(2), 1-11.
Montañez,
D. (2015). Contractualismo colonial y pueblos indígenas en la América
Hispana: un pluralismo jurídico y
político efectivo al orden. Clivajes.
Revista de Ciencias Sociales, II(4), 106-130.
Montañez,
D. (2017). Interculturalidad, una larga historia colonial. Ojarasca, suplemento mensual de La
Jornada, 238 (febrero).
Mora,
D. (2012). Diálogo y transferencia dialéctica de saberes/conocimientos. Revista Integra Educativa, 5(3), 31-75.
Moreno,
C. (2012). La construcción del conocimiento: un nuevo enfoque de la educación
actual. Sophia, Colección de Filosofía de
la Educación, (13), 251-267.
Nieto,
S. (2005). A Project of hope: defining a new agenda for Latino/a education in
the 21st century. In: P. Peraza & M. Rivera (Eds.) Latino education. An agenda for community
action research (pp. 463-479). Mahwah, New Jersey: Lawrence Erlbaum
Associated Publishers.
Oliveira-Pankararu, M. das D. de (2012). As
políticas públicas de educação superior para indígenas e afrodescendentes no
Brasil: Perspectivas e desafíos. En: D. Mato (Coord.) Educación superior y pueblos indígenas y afrodescendientes en América
Latina. Normas, políticas y prácticas (pp. 177-209). Segunda edición
ampliada. Caracas: IESALC/UNESCO.
Osuna, C. (2013). Educación intercultural y Revolución
Educativa en Bolivia. Un análisis de procesos de (re)esencialización cultural. Revista Española de Antropología Americana,
43(2), 451-470.
Ottone, E. y Hopenhayn, M. (2007). Desafíos educativos ante la
sociedad del conocimiento. Revista
Pensamiento Educativo, 40(1), 13-29.
Pérez,
M. S. (2018). El tratamiento de la variación lingüística en la enseñanza de las
lenguas indígenas. Revista Universitaria,
23, recuperado de http://educa.upnvirtual.edu.mx/index.php/hecho-en-casa/8-hecho-en-casa/335-lenguas-indigenas.
Pérez
, E. y Alfonzo, N. (2008). Diálogo de saberes y proyectos de investigación en
la escuela. Educere, 12(42), 455-460.
Poper,
K. (1974). Conocimiento objetivo.
Madrid: Tecnos.
Porras, R. (2005). El proceso de apertura de la
Universidad de Costa Rica: Iniciativas y fuentes de conflicto. Diálogos, Revista Electrónica de Historia,
6(1), 44-93.
Rama,
C. (2009). La tendencia a la masificación de la cobertura de la educación
superior en América Latina. Revista
Iberoamericana de Educación, No. 50, 173-195.
Real
Academia Española. (2018). Diccionario de
la Real Academia Española. Recuperado de: http://dle.rae.es/?id=BetrEjX
Riess, B. (2013). Intraculturalidad
y materiales didácticos. Metodología para la recuperación de saberes.
México, D.F.: Secretaría de Educación Pública.
Rodríguez, A. (2015). Educación indígena intracultural,
intercultural y plurilingüe en Bolivia. Cuadernos
Deusto de Derechos Humanos, 80. Bilbao:
Deusto Digital, Instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe.
Rodríguez-Gómez,
R. y Alcántara, A. (2001). Multilateral agencies and higher education reform in
Latin America. Journal of Education
Policy, 16(6), 507-525.
Rogoff, B.
(2014). Learning by observing and pitching in to family and community
endeavors: An orientation. Human
Development, 57(2-3), 69-81.
Rogoff, B., Najafi, B., & Mejía-Arauz, R. (2014).
Constellations of cultural practices across generations: Indigenous American
heritage and learning by observing and pitching in. Human Development, 57(2-3), 82-95.
Rojas,
V. (2012). Procesos de educación y formación con identidad propia para la
ecoproducción comunitaria, el caso de la Unik-Kawsay Bolivia. En: M.A.
Casillas, J. Badillo y V. Ortiz (Coords.). Educación
Superior para Indígenas y Afrodescendientes en América Latina (pp. 67-88).
México: Biblioteca Digital de Humanidades, Investigación Colectiva 3, Dirección
General del Área Académica de Humanidades, Universidad Veracruzana.
Rosado-May, F.J. (2015). The Intercultural Origin of
Agroecology: Contributions from Mexico. In: V.E. Méndez, C.M. Bacon, R. Cohen
and S.R. Gliessman (Eds.) Agroecology: a
transdisciplinary, participatory and action-oriented approach (pp.
123-137). Advances in Agroecology Series. Boca Raton: CRC Press/Taylor and
Francis.
Rosado-May, F.J. (2016). Role of intercultural
education in the conservation and sustainable management of natural resources,
with emphasis on food systems. Nuevo Humanismo, 4(2), 75-91.
Rosado-May,
F.J. (2017). Los retos y oportunidades de guiar inteligencia con inteligencia.
El modelo de educación superior intercultural en Quintana Roo. En: F. González
González, F.J. Rosado-May, y G. Dietz (Coords.). La gestión de la educación superior intercultural en México. Retos y
perspectivas de las universidades interculturales (pp. 149-204).
Chilpancingo, Guerrero, México: Universidad Autónoma de Guerrero y El Colegio
de Guerrero A.C.
Santiago,
E. y Morfin, M. C. (2011). Diálogo de saberes a través de la actividad
turística. El Periplo Sustentable,
21, 31-59. Recuperado de: https://rperiplo.uaemex.mx/article/view/5014
Schermerhorn, R. A. (1970). Comparative ethnic relations: a framework for theory and research. New York: Random House.
Schmelkes, S. (enero-junio, 2013). Educación para un
México intercultural. Sinéctica, 40.
Recuperado de
http://www.sinectica.iteso.mx/articulo/?id=40_educacion_para_un_mexico_intercultural
Schultz, J. L. &
Rainie, S. C. (2014). The strategic power of data: a key aspect of sovereignty.
The International Indigenous Policy
Journal, 5(4), article 1, DOI: 10.18584/iipj.2014.5.4.1
Sousa Santos, B. (2007). Cognitive justice in a global world: prudent knowledges for a decent
life. Madison:
University of Wisconsin.
Sousa
Santos, B. (2010). Descolonizar el saber,
reinventar el poder. Montevideo: TRILCE-Extensión Universitaria, Universidad
de la República.
Sousa
Santos, B. (2014). Epistemologies
of the south: Justice against epistemicide. New York:
Routledge, Taylor and Francis Group.
Tanck de Estrada, D. (Coord.) (2010). Historia mínima de la educación en México.
México: El Colegio de
México.
Tarrow,
S. (1997). El poderen movimiento. Los
movimientos sociales, la acción colectiva y la política. Madrid:
Alianza Editorial.
Thrupp, L.A. (2000). Linking agricultural biodiversity
and food security: the valuable role of sustainable agriculture. International
Affairs, 76(2),
265-281.
Torres,
M. A y Casa, V. (2008). Aprendiendo a leer y escribir desde el saber Andino.
En: C. Hirmas R. (Ed.) Educación y
diversidad cultural. Lecciones desde
la práctica innovadora en América Latina (pp. 166-219). Santiago: Equipo
Innovemos, OREAL/UNESCO.
Tünnermann
Bernheim, C. (2008). Modelos educativos y
académicos. Nicaragua: Editorial Hispamer.
Unda,
M. del P., Guardiola, A., Constan, Z. Berrío O., y Martínez, M. (2008). La
pedagogía de la afirmación cultural en la Escuela Normal Superior Indígena de
Uribia, La Guajira, Colombia. En: C. Hirmas R. (Ed.) Educación y diversidad cultural. Lecciones desde la práctica innovadora
en América Latina (pp. 112-163). Santiago: Equipo Innovemos,
OREAL/UNESCO.
United Nations Educational, Scientific and Cultural
Organization-UNESCO. (2006).
Directrices de la UNESCO sobre la
educación intercultural. Reunión de expertos, marzo. Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura. Sección de Educación para
la Paz y los Derechos Humanos. División de la Promoción para la Educación de
Calidad. Sector de Educación. Paris: UNESCO.
United Nations Educational, Scientific and Cultural
Organization-UNESCO. (2013). The state of
education in Latin America and the Caribbean: Towards a quality education for
all – 2015. Santiago: Regional Bureau of Education for Latin America and
the Caribbean (OREALC/UNESCO)
United Nations Educational, Scientific and Cultural
Organization-UNESCO. (2015). UNESCO
science report. Towards 2030. Executive summary. Paris: UNESCO.
United Nations Educational, Scientific and Cultural
Organization-UNESCO. (2017). Indigenous knowledge and practices in education in
Latin America. Exploratory analysis on how indigenous worldviews and concepts
influence regional educational policy. Santiago: Regional Bureau of Education
for Latin America and the Caribbean (OREALC/UNESCO).
Valladares,
L. (2010). La educación científica intercultural y el enfoque de capacidades. Revista Iberoamericana de Ciencia, Tecnología
y Sociedad, 6(16), 1-28.
Walsh,
C. (2005). La interculturalidad en la
educación. Lima: Gobierno del Perú, Ministerio de Educación y UNICEF.
Walsh,
C. (2007). Interculturalidad, colonialidad y educación. Revista Educación y Pedagogía, XIX(48), 27-35.
Walsh,
C. (2009). Interculturalidad crítica y pedagogia de-colonial: in-surgir,
re-existir y re-vivir. En P. Medina Melgarejo (Comp.), Educación intercultural
en América Latina: memorias, horizontes hsitóricos y disyuntivas políticas,
(pp. 27-54). México: Universidad Pedagógica Nacional.
Weinberg,
G. (1981). Modelos educativos en el
desarrollo histórico de América Latina. Nueva versión. UNESCO-CEPAL-PNUD.
Recuperado de: http://archivo.cepal.org/pdfs/1981/S8100586.pdf.
Wilson, C. (2001). Decolonizing methodologies:
Research and Indigenous peoples, by Linda Tuhiwai Smith. Social Policy Journal of New Zealand, 17, 214-217.
Wyndham, F.S. (2002). The transmission of traditional
plant knowledge in community contexts. A human ecosystem perspective. In: J.R.
Stepp, F.S. Wyndham & R.K. Zarger (Eds.) Ethnobiology and biocultural diversity: Proceedings of the seventh
international congress of ethnobiology (pp. 549-557). Athens, GA:
University of Georgia Press.