Revista de Investigación Educativa 17
julio-diciembre, 2013

ISSN 1870-5308
Instituto de Investigaciones en Educación
Universidad Veracruzana
Xalapa, Ver., México

 

La situación actual de las tutorías en la División de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Guadalajara

Mtra. María Eugenia Loeza Corichi*
loeza62@yhoo.com

Mtra. Norma Angélica Sandoval Delgado*
nsandovald@gmail.com

Dra. Alicia Loeza Corichi**
Correo: aloeza@gmail.com

Dr. Salvador Jiménez Vallejo*
Correo: jvs98312@cucba.udg.mx

* Docente del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, División de Ciencias Veterinarias en el Departamento de Medicina Veterinaria, Universidad de Guadalajara, México

** Docente del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, División de Ciencias Veterinarias en el Departamento de Medicina Veterinaria, Universidad de Guadalajara, México

Recibido: 04 de octubre de 2012 | Aceptado: 29 de enero de 2013

 

Antecedentes

El programa institucional de tutoría para la Universidad de Guadalajara, es el conjunto de acciones dirigidas a la atención individual y personalizada del alumno, que junto con otras actividades estructuran la práctica tutorial. En 1997 se implementaron en los Centros Universitarios que conforman la red universitaria, nuevos diseños curriculares basados en un modelo educativo de tipo semiflexible con créditos. En este modelo, el papel del tutor cobra gran relevancia para realizar, entre otras funciones, la orientación del estudiante en la construcción de su trayectoria académica, dar continuidad y seguimiento personal al desarrollo de cada alumno y con ello posibilitar la disminución de la reprobación, rezago escolar, deserción y elevar los índices de eficiencia terminal (Latapí, 1988; Carreño & Lara, 1997).

Así, en esta universidad las tutorías quedaron conceptualizadas como aquella serie de acciones orientadas al incremento de la calidad del proceso educativo mediante la atención de los problemas que influyen en el desempeño y rendimiento escolar del estudiante. Su fin es mejorar las condiciones de aprendizaje y desarrollo de valores, actitudes y hábitos que contribuyan a la integridad de la formación profesional y humana (Universidad de Guadalajara, 2010).

En el caso de la División de Ciencias Veterinarias perteneciente al Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), las actividades tutoriales se establecieron en 1999. Para ello, se implementó un programa de formación de tutores –coordinado por la Unidad de Innovación Curricular– al que asistió un importante número de profesores. A cada asistente se le entregó un Reglamento de Tutorías en donde se establecen los objetivos de las tutorías, la creación y funciones de un Comité y cuerpos tutoriales por cada Departamento de la División, así como funciones, derechos y obligaciones de los tutores y de los tutorados. También les fue proporcionado un Manual del Tutor en donde se establecen los elementos a contemplar en el proceso de tutoría e inclusive formatos para recolectar y analizar información esencial de los alumnos en tutoría. Lo anterior constituyó un gran avance en la consolidación del Programa Institucional de Tutorías, pues pocas carreras contaban en ese momento con los elementos antes mencionados (División de Ciencias Veterinarias, 2000).

Así, la tutoría en la División de Ciencias Veterinarias está considerada como una modalidad de atención de carácter individual, que no requiere en términos generales de un tiempo excesivo de dedicación, pues se trata de una actividad de apoyo a los alumnos para la adquisición de conocimientos y de atención a las características o problemas de los estudiantes. Y en caso necesario, lo indicado es canalizarlos a las instancias adecuadas (servicios estudiantiles, orientación vocacional, atención médica y psicológica).

La organización y coordinación del trabajo de tutoría en la División de Ciencias Veterinarias, tales como la selección y asignación de tutores, así como el seguimiento y evaluación del proceso de tutorías, se realiza a través de un Comité de Tutorías, en el cual se incorporan dos profesores por cada Departamento de la División (un total de 6 maestros). Dicho Comité estableció inicialmente que las tutorías fueran realizadas bajo la modalidad individual, implementándose posteriormente en 2007 la tutoría grupal, para lo cual se asignó a cada grupo tres profesores de cada uno de los departamentos que conforman la División para llevar a cabo las actividades tutorales; es preciso hacer mención que actualmente funcionan simultáneamente ambas modalidades.

Sin embargo, a lo largo del tiempo pareciera que la actividad tutorial ha perdido bríos, pues es común escuchar tanto de parte de tutores como de alumnos que las actividades son nulas.

Por ello, se realiza el presente trabajo para abrir una ventana a lo que verdaderamente ocurre en el programa de tutorías de la División de Medicina Veterinaria y con ello proponer e implementar acciones que permitan revitalizar adecuadamente el programa antes mencionado.

Objetivo

Documentar la percepción de los alumnos sobre el estado actual que guardan las actividades del Programa de Tutorías de la División de Ciencias Veterinarias del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la Universidad de Guadalajara durante el ciclo escolar 2011 B (agosto-diciembre).

Justificación

El programa educativo de tipo semiflexible de la licenciatura de Medicina Veterinaria y Zootecnia del CUCBA, posibilita el que los alumnos elijan a partir del 5º semestre una serie de materias optativas de acuerdo con sus preferencias personales y de formación profesional. Aquí se hace evidente la importancia del programa de tutorías ya que mediante la asesoría de los tutores, los alumnos podrán hacer selecciones adecuadas a sus intereses, se da continuidad y seguimiento personal al desarrollo de cada alumno además de que se fomenta su capacidad crítica y rendimiento académico, entre otras cosas. Con ello se posibilita abatir la reprobación, el rezago escolar, la deserción y elevar los índices de eficiencia terminal (Latapí, 1988; Carreño & Lara, 1997). Por ello se considera necesario realizar el presente trabajo de tipo exploratorio que permita evidenciar la opinión de una de las partes involucradas sobre el estado actual del proceso de las tutorías: los alumnos.

Marco teórico

En nuestro país, al igual que en muchos otros, existe una problemática compleja con relación a la educación superior. En términos generales, podría resumirse en una baja calidad de los servicios educativos, deficientes condiciones de gestión y condiciones personales adversas de los estudiantes, de acuerdo con la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior ([ANUIES], 2000). Por ello resulta de vital importancia la intervención de los profesores como tutores de los alumnos, ya que los pueden guiar y ayudar en su proceso formativo.

Como un modelo modernizador de las acciones educativas, la tutoría se sustenta en principios humanistas y constructivistas del aprendizaje, como una forma de asegurar el mejoramiento de la calidad de vida; en particular de la vida académica de los estudiantes.

El enfoque humanista de la tutoría se basa en los siguientes principios básicos: concibe al estudiante como una persona capaz de desarrollar todas sus potencialidades con el apoyo adecuado; centra su atención en el estudiante y éste es el objeto de todas sus acciones; entiende al estudiante como ser trascendente con la capacidad de tomar decisiones que lo ayuden a conformar un proyecto de vida; promueve de forma armónica el desarrollo cognitivo, afectivo, social y físico; atiende las diferencias individuales y concibe al estudiante como un ser único e independiente; respeta irrestrictamente a las personas, sus costumbres y valores y propicia la colaboración mediante el trabajo en equipo (Dirección General de Educación Superior Tecnológica, 2006, pp. 11-12).

Díaz-Barriga y Hernández (2004) aseguran que en el enfoque constructivista el aprendizaje es “un proceso constructivo interno, autoestructurante que se produce cuando en el estudiante entra en conflicto lo que ya sabe con lo que debería saber” (p. 42). Por ello es que la acción tutorial crea condiciones propicias para que el estudiante construya su propio desarrollo a partir de la identificación de sus propias necesidades (Dirección General de Educación Superior Tecnológica, 2006, p. 12).

En este sentido, la tutoría ofrece un ambiente de aprendizaje más propicio, ya que se parte de un diagnóstico y se diseñan programas de trabajo dirigidos a atender las diferencias individuales de cada estudiante. También facilita el aprendizaje debido a que reconoce la importancia de la mediación y la implementa con la figura del profesor-tutor. Éste es quien acompaña al alumno en su proceso formativo y por ello es quien le apoya en la identificación de sus necesidades personales de aprendizaje y le auxilia en el diseño de la estrategia más adecuada para su formación integral (Dirección General de Educación Superior Tecnológica, 2006, p. 13).

De acuerdo con Gairin, Feixas, Guillamón y Quinquer (2004), cuando el conocimiento es construido individualmente por el estudiante, este tiene más control sobre su aprendizaje y tiende a estar más motivado. De este modo, ve la importancia de lo que aprende. Es decir, que se debe orientar el aprendizaje en el alumno.

Para Hayes (1994, pp. 17-28), existe un nexo entre el constructivismo y las teorías psicológicas del desarrollo, bajo la perspectiva de que el hombre construye de forma activa su propia realidad. Y de esta forma se identifica el vínculo del constructivismo social y la tutoría, como actividad orientadora de la construcción del conocimiento del estudiante a partir del desarrollo individual, la cognición como dinámica de eventos, desarrollo y contexto, así como reformulación de problema pedagógicos.

Esta forma de aprendizaje tiene antecedentes con la declaración de La Sorbona y la de Bolonia de 1998 para promover en el sistema de educación superior europeo: que el conocimiento favorezca el crecimiento y la cohesión social a través de la educación y formación de los ciudadanos. Lo anterior como respuesta a las problemáticas diversas por las que atraviesa el sistema educativo y que básicamente se refieren a la inadecuación a las demandas presentes y futuras de la sociedad; a flexibilizar el funcionamiento académico; a mejorar las políticas de personal; a la inadecuación del financiamiento; a mejorar la articulación entre la docencia y la investigación; así como la pobre concepción del estudio en profesores y estudiantes (Gairin et al., 2004, pp. 63-65).

Así, de acuerdo con Gairin et al. (2004), la relación entre la tutoría universitaria y la docencia puede entenderse y practicarse bajo los siguientes supuestos teóricos:

  1. La tesis de la disociación: como ayuda a la enseñanza presencial, con horarios específicos de tutoría sobre el programa académico de las asignaturas, con asistencia voluntaria y sin ser considerada en los procesos de evaluación.
  2. La tesis de la complementariedad: contribuye a complementar la formación relativa a la madurez personal y la orientación profesional, lo que favorece el éxito académico en su trayectoria universitaria. Esta suele tomarse en cuenta en la evaluación académica, por lo que puede considerarse como obligatoria en cierta medida.
  3. La tesis de la integración: favorece el proceso de aprendizaje al centrarse en los intereses, necesidades y competencias que el estudiante debe adquirir al finalizar sus estudios. Se toma en cuenta todo el proceso formativo del estudiante en la evaluación académica. (p. 67)

Metodología

Este es un trabajo de tipo exploratorio en donde se realizó la aplicación personalizada de un cuestionario para obtener información sobre las actividades que deben de ser realizadas por los alumnos con sus tutores a lo largo de su formación escolar. Se buscó de esta forma la percepción que tienen los alumnos sobre las actividades del tutor y sobre algunas situaciones básicas del funcionamiento del programa de tutorías.

Para ello se diseñó un cuestionario que consta de diez preguntas de opciones múltiples, que exploran las opiniones de los alumnos con relación a aspectos generales sobre el conocimiento del tutor, mecanismos de asignación y de contacto, actividades realizadas con los tutores y calidad general del programa, no cerrando la posibilidad de que se pudiera emitir una respuesta diferente a las opciones presentadas. El instrumento se aplicó primeramente en una muestra piloto a 20 alumnos elegidos al azar, solicitando que expresaran cuál era el nivel de claridad de cada una de las preguntas. A partir de lo recabado en esta muestra piloto, se corrigieron errores de sintaxis.

Durante el ciclo 2011 B (agosto-diciembre) se contó con una población de 1,100 alumnos inscritos en la carrera de Medicina Veterinaria y se trabajó con una muestra seleccionada completamente al azar de 250 alumnos de todos los niveles (1º a 11º nivel), dada la imposibilidad de acceder a la totalidad del universo de alumnos al momento de aplicar el cuestionario. Del total de alumnos 102 fueron hombres y 148, mujeres. El promedio de edad fue de 18 a 22 años.

Resultados

De un total de 250 alumnos a los cuales se les aplicaron los cuestionarios, el 40.8% fue de sexo masculino y 59.2% de sexo femenino (Figura 1).

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Figura 1. Proporción de alumnos hombres y mujeres encuestados en el ciclo escolar 2011 B

Con relación al grado escolar de los alumnos, 70 (28%) de ellos se encontraban en primer semestre, seguidos por los de cuarto semestre con 46 alumnos (18.4%); luego siguen los de quinto semestre con 44 alumnos (17.6%) y por último, los alumnos de prácticas profesionales que comprende noveno y onceavo semestre (13.2%) (Figura 2).

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Figura 2. Nivel de escolaridad de los alumnos encuestados en el ciclo escolar 2011 B

En cuanto a las edades de los alumnos, los grupos de 18 a 20 años y de 20 a 22 tuvieron 90 alumnos cada uno, seguidos por los grupos de 22 a 25 años con 51 alumnos (Figura 3).

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Figura 3. Grupos de edad de los alumnos encuestados

En lo referente al conocimiento de quién es su tutor, el 75.6% de los alumnos indicaron no conocerlo, mientras que el 24.4% dijo que sí sabía quien era, concentrándose un poco más de la mitad de estos últimos en los alumnos de prácticas profesionales (Figura 4 y 5).

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Figura 4. Alumnos encuestados que conocen o no a su tutor

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Figura 5. Conocimiento del tutor por nivel de semestre de los alumnos encuestados

En cuanto a cómo se enteraron los alumnos de quién era su tutor, el 80.32% se enteró por medio de la Coordinación de Carrera, el 9.8% lo hizo por medio de compañeros, un 4.9% a través de profesores y otro 4.9% lo hizo por otros medios (Figura 6).

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Figura 6. Forma en la que los alumnos encuestados se enteraron de quién era su tutor

En cuanto al momento en que se enteraron de que tenían un profesor tutor, 30 alumnos mencionaron que fue durante el curso propedéutico; 41 en los primeros días del primer semestre, 60 se dieron cuenta hace poco tiempo; 91 de ellos se enteraron al momento de contestar el cuestionario, y 28 alumnos no contestaron (Figura 7).

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Figura 7. Momento en el que los alumnos se enteraron de que contaban con un tutor

En el caso de los alumnos que sí conocen a su tutor, 215 de ellos no acuden con él en tanto que sólo 31 sí lo hacen y 4 no contestaron (Figura 8).

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Figura 8. Alumnos que sí conocen a su tutor y grado de acercamiento con él

De los alumnos que sí acuden con su tutor, con relación a la frecuencia con que asisten con él, 14 mencionaron que lo hacen rara vez, siete lo hacen una vez al semestre, siete lo hacen dos o tres veces al semestre, dos lo hacen cuatro o cinco veces al semestre y sólo uno lo hace seis veces o más al semestre (Figura 9).

Las razones por las que los alumnos indican que no asisten con su tutor fueron las siguientes: 183 alumnos mencionaron que es porque no les han dicho quién es el tutor; seis de ellos señalaron no poder localizar al tutor en la escuela; seis indicaron que el profesor no tuvo tiempo de atenderles; ocho hicieron mención de que no hay coincidencia de intereses de tipo académico o profesionales; nueve indicaron que no coinciden sus horarios con los del tutor; a cinco no les interesa acudir con él, en tanto que cinco coincidieron en que no hay una relación de empatía con su tutor (Figura 10).

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Figura 9. Frecuencia con la que asisten con su tutor los alumnos que sí lo conocen

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Figura 10. Razones por las que los alumnos no acuden a sus tutores

Al preguntarles el tipo de actividad que desarrollaron con sus tutores a los alumnos que sí acuden con ellos, se encontró que la que se realiza con mayor frecuencia fue la de recibir orientación para la configuración de su trayectoria curricular (74.19%), seguida por la orientación en la búsqueda de soluciones a problemas de tipo académico (45.16%), la elaboración y construcción de horarios (41.93%), la orientación en trámites de servicio social y prácticas profesionales (38.7%), la orientación en trámites de tipo administrativo (32.25 %), el apoyo en la elaboración de trabajos escolares (25.80%), la realización de actividades extraescolares (25.8%), la orientación en la solución de problemas de aprendizaje (16.12%). En contraparte, la actividad menos realizada fue la referente al apoyo en problemas de tipo personal (9.67%) (Figura 11).

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Figura 11. Frecuencia de actividades realizadas con el tutor por los alumnos

Respecto a la calidad actual del proceso de tutoría en la División de Ciencias Veterinarias, ésta fue calificada como excelente sólo por el 2%; como buena por el 10.4%; como regular por el 19.6%; y como deficiente por el 56.8% en tanto que el 11.2% no contestó (Figura 12).

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Figura 12. Opinión de los alumnos respecto de la calidad del proceso de tutoría

En cuanto a los aspectos que en opinión de los alumnos deben mejorarse en el proceso de tutoría, el 64.4% indicó una información oportuna sobre quién es el tutor; un 56% mencionó una mayor información sobre lo que es la tutoría; un 33.2% consideró la información sobre los lugares y horarios en donde se puede localizar al tutor; un 32% estableció una información relativa a los profesores que realizan actividades de tutoría, indicando el área académica y profesional a la que se dedican; un 22% consideró el contar con un lugar destinado exclusivamente para entrevistarse con el tutor; un 16.4% indicó información sobre los procesos administrativos para hacer cambios de tutor; un 4.4% mencionó, entre otras cosas, el proporcionar cursos a los profesores para ser mejor tutor, hacer una mejor selección de los mismos, el permitir que los alumnos elijan a sus tutores; en tanto que un 4% indicó que no considera que se deba cambiar algo (Figura 13).

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Figura 13. Opinión de los alumnos sobre los aspectos que deberían modificarse con el fin mejorar el proceso de tutoría

En resumen, en cuanto a la situación actual de la calidad del programa de tutorías en la División de Ciencias Veterinarias, el 56.8% de los alumnos encuestados tiene la percepción de que es deficiente o regular (19.6%). El 10% la califica como buena y solamente al 2% le pareció excelente.

Esto puede deberse a la existencia de situaciones tales como la falta de conocimiento sobre quién era su tutor (75.6%), mientras que el 24.4% dijo que sí sabía quién era, observándose un aumento en dicho conocimiento conforme los alumnos avanzan en los semestres escolares, concentrándose un poco más de la mitad de quienes conocen a su tutor en los alumnos de prácticas profesionales –décimo y undécimo nivel.

Con relación al momento en que se enteraron de que tenían un profesor tutor, 30 alumnos mencionaron que fue durante el curso propedéutico, 41 en los primeros días del primer semestre, 60 se dieron cuenta hace poco tiempo, 91 de ellos se enteraron al momento de contestar el cuestionario y 28 alumnos no contestaron. El 80.32% de los alumnos se enteró de quién era su tutor por medio de la Coordinación de Carrera, el 9.8% lo hizo por medio de compañeros y un 4.9% a través de profesores, en tanto que un porcentaje igual lo hizo por otros medios.

Un hecho relevante es que de los alumnos que sí conocen a su tutor, una gran mayoría (215) no acude con él y una mínima cantidad (31) sí lo hace. De los alumnos que sí acuden con su tutor, en relación a la frecuencia con que acuden a él, 14 mencionaron que lo hacen rara vez, siete lo hacen una vez al semestre, siete lo hacen dos o tres veces al semestre, dos lo hacen cuatro o cinco veces al semestre y sólo uno lo hace seis veces o más al semestre.

En el caso de no conocer al tutor, las razones mencionadas por los alumnos indican que esto sucede principalmente –en orden de frecuencia– porque no les han dicho quién es el tutor, no coinciden sus horarios con los del tutor, no hay coincidencia de intereses de tipo académico o profesionales, porque no pudieron localizar al tutor en la escuela, porque que el profesor no tuvo tiempo de atenderles o no hay una relación de empatía con su tutor o simplemente no les interesa acudir con él.

De los alumnos que sí conocen a su tutor, a la pregunta de qué tipo de actividad desarrollaron con ellos se encontró que la actividad más realizada fue la de recibir orientación para la configuración de su trayectoria curricular, seguida por la orientación en la búsqueda de soluciones a problemas de tipo académico, la elaboración y construcción de horarios, la orientación en trámites de servicio social y prácticas profesionales, la orientación en trámites de tipo administrativo, el apoyo en la elaboración de trabajos escolares, la realización de actividades extraescolares diversas y la orientación en la solución de problemas de aprendizaje; en contraparte, la actividad menos realizada fue la referente al apoyo en problemas de tipo personal.

Conclusiones

La visión que se ha ido construyendo a lo largo de las respuestas de los alumnos encuestados, muestra un programa de tutorías que ha ido perdiendo interés entre la comunidad estudiantil de la División de Ciencias Veterinarias, a pesar del fin con el que fue creado: brindar un proceso de apoyo tutorial, en donde los profesores otorguen asesorías de tipo disciplinar y metodológicas, de orientación, etc., que posibiliten fomentar el rendimiento académico de los alumnos así como su evolución social y personal y, en su caso, canalizar al alumno a las instancias en las que pueda recibir una atención especializada y con ello se obtenga la formación integral de los estudiantes.

Por ello, se considera necesario que se analice y mejore en la División de Ciencias Veterinarias el tipo y la calidad de información que se les proporciona a los alumnos sobre lo que es la tutoría en el programa de la Licenciatura de Medicina Veterinaria y Zootecnia, sobre los procesos de asignación de tutores a los alumnos, así como los tiempos y mecanismos con que se les da a conocer quiénes son sus tutores, además de la continuación de los programas de formación y de actualización de tutores, entre otros aspectos.

Es importante, así mismo, continuar con indagaciones como la que aquí ofrecemos, pero ahora buscando la visión que los profesores tienen sobre el programa de tutorías, para contrastar los puntos de vista y necesidades tanto de alumnos como de maestros. Con ello se podrá generar un proceso de análisis y de reflexión sobre el programa de tutorías y un posible replanteamiento, reorganización y reactivación del mismo en un futuro.

Lista de referencias

Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior. (2002). Programas institucionales de tutoría. Una propuesta de la ANUIES para su organización y funcionamiento en las instituciones de educación superior. México: Autor.

Carreño, D. S., & Lara, B. (1997). La tutoría académica. México: Universidad de Guadalajara.

Díaz-Barriga, A. F., & Hernández, R. G. (2004). Estrategias docentes para un aprendizaje significativo. Una interpretación constructivista. México: Mac Graw Hill.

División de Ciencias Veterinarias. (2000). El manual del Tutor. CUCBA. México: Universidad de Guadalajara.

Gairin, J., Feixas, M., Guillamón, C., & Quinquer, C. La tutoría académica en el escenario europeo de la educación superior. Revista Universitaria de Formación de Profesorado, 18(1), 61-67.

Hayes, S. C. (1994). Content, context, and the types of psychological acceptance. En S. C. Hayes, N. S., Jacobson, V. M Follette & M. J. Dougher (Eds.), Acceptance and change: Content and context in psychotherapy (pp. 13-32). Reno, NV: Context Press.

Latapí, S. P. (octubre-diciembre, 1988). La enseñanza tutorial: elementos para una propuesta orientada a elevar la calidad. Revista de Educación Superior, 17(68), 5-9.

Dirección General de Educación Superior Tecnológica. (2006). Programa Nacional de Tutoría. México: Secretaría de Educación Pública.

Universidad de Guadalajara. (2010). Programa Institucional de Tutoría. México: Autor.