Formación profesional en la educación superior. Proyectos y prácticas curriculares

 

Dra. Rocío López González*

 

Barrón, C. (2013). Formación profesional en la Educación Superior. Proyectos y prácticas curriculares. Colección Escenarios de Educación. México: Díaz de Santos.

 

* Investigadora, Instituto de Investigaciones en Educación, Universidad Veracruzana, roxxiolo@hotmail.com

 

Recibido: 18 de noviembre de 2013
Aceptado: 19 de diciembre de 2013

 

Resumen

Desde un enfoque crítico y reflexivo en el libro se analiza la formación profesional. Se realiza una aproximación analítica de los rasgos esenciales que han distinguido a las Instituciones de Educación Superior en las últimas décadas, particularmente en México, asociados a los proyectos de modernización, innovación y flexibilidad curricular. Brinda diversos desafíos que nos invitan a reflexionar sobre la formación de los docentes en el contexto contemporáneo.

Palabras clave: Formación profesional, educación superior, práctica docente, currículum.

 

Abstract

From a critical and reflective approach in the book discusses vocational training. It was realized an analytical approximation of the essential features that have distinguished institutions of higher education in recent decades, particularly in Mexico, associated with modernization projects, innovation and curricular flexibility. Provides various challenges that invite us to reflect on the training of teachers in the contemporary context.

Keywords: Vocational training, Higher Education, teaching practice, curriculum.

 

La obra aborda la formación de profesionales articulada desde diversas perspectivas de corte económico, político, histórico, institucional y curricular, teniendo como telón de fondo la política educativa nacional con relación a las exigencias de los organismos internacionales, las particularidades de las instituciones de educación superior y las múltiples determinaciones a las que están sujetas las innovaciones curriculares.

Es producto de una de la líneas de investigación de la autora,1 denominada Currículum, formación de profesionales y mercado de trabajo, inscrita en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la Universidad Nacional Autónoma de México. También es producto de sus experiencias de participación en diversos proyectos de diseño y evaluación en distintas instituciones de educación superior en México, así como en la elaboración de los estados de conocimiento del campo del currículum, impulsados por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa desde la década de los noventa.

Quisiera destacar que es el sexto libro publicado por la Colección Escenarios de Educación, la cual es coordinada en el IISUE de la UNAM. Dicha colección es un espacio de difusión de numerosas problemáticas y de lectura para especialistas, estudiantes de posgrado, profesores y estudiantes. En este sentido, la obra constituye un punto de partida para quienes, interesados en este tema, busquen realizar estudios empíricos o teóricos en la materia.

El libro cuenta con una redacción clara y fluida, con un lenguaje accesible que permite que las personas no requieran ser expertas en el tema para comprender los planteamientos de la autora. Consta de 165 páginas, distribuidas en cinco capítulos relacionados entre sí. En el primer capítulo, Política educativa, formación de profesionales y modelos curriculares en México, la autora realiza una aproximación al estudio de las profesiones en el marco del desarrollo industrial de las sociedades contemporáneas. Muestra un panorama general de las demandas de formación profesional, y las modificaciones curriculares, en el marco del modelo neoliberal y sus concreciones en el ámbito mexicano.

En el segundo, La educación Superior en México. Un acercamiento, se realiza una aproximación analítica de los rasgos esenciales que han distinguido a la educación superior en las últimas décadas. Asimismo, analiza tres periodos claves que caracterizaron su desarrollo: a) crecimiento y expansión de la educación superior (1950 a 1968); b) expansión, diferenciación y masificación de la educación superior (1970–1980); y c) la crisis económica y su impacto en las instituciones de educación superior (1982 a 1990).

En el tercer capítulo, Modernización de la educación superior: un nuevo pacto, la autora analiza el desarrollo de las IES mexicanas asociado a los proyectos de modernización: en términos de planeación, evaluación, expansión, crecimiento, diversificación de la oferta curricular, infraestructura y financiamiento. Además, profundiza en el tema de las políticas de evaluación desde una mirada crítica y reflexiva.

En el cuarto capítulo, Flexibilidad y formación profesional, se plantean algunas consideraciones críticas en la implantación de propuestas de flexibilización curricular. Se analizan las características de la flexibilidad en los establecimientos escolares y sus implicaciones académicas, de gestión y de administración.

En el quinto y último capítulo, La práctica docente. Desafíos en torno a las innovaciones, la autora brinda diversos elementos que nos permiten reflexionar acerca de las buenas prácticas docentes, basadas en principios éticos y morales. Enfatiza que el compromiso del docente será el de promover un encuentro reflexivo, abierto y crítico con los acontecimientos derivados del contexto social.

En su conjunto, Concepción Barrón nos invita a reflexionar sobre los "efectos perversos" que acarrea planificar el sistema educativo en función de las exigencias de la economía; planificación que tiende a ubicar su valor instrumental en el mercado de trabajo, por encima de su valor como instrumento para el cambio. La autora hace hincapié en que

se puede reconocer que formar para el trabajo es una necesidad imperiosa en un país en crisis como México, sin embargo, se hace necesario señalar la visión acotada de las perspectivas económicas de la flexibilidad en los procesos de trabajo y en el campo laboral, y su tránsito hacia los modelos educativos y curriculares, en los que existe una fuerte tendencia a desplazar al sujeto, la historicidad de los procesos, la razón y la crítica como categorías inherentes a los procesos de formación. (p. 143)

Sin duda alguna, el tema de la formación profesional obedece a las demandas de esta nueva sociedad globalizada y al compromiso de las instituciones de educación por asumir una nueva visión y un nuevo paradigma sobre la formación de los estudiantes. Mucho se ha comentado en los últimos años sobre la utilización de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) como estrategias útiles en la formación.

Esto se refleja actualmente en la agenda nacional y latinoamericana sobre el tema, cuya meta es que las instituciones de educación superior desarrollen vías de integración de las TIC en los procesos de formación, lo que implica, por una parte, el desarrollo de competencias tecnológicas en los estudiantes, así como una capacitación y actualización constante de los docentes en el uso de los recursos digitales. Por otra parte, diseñar políticas dirigidas a incorporar las innovaciones tecnológicas en la comunidad académica, así como promover la actualización de planes de estudio, metodologías pedagógicas y estrategias comunicativas y creativas.

La autora expone algunos desafíos que invitan a reflexionar sobre la formación docente en torno a las innovaciones en el contexto contemporáneo; aprovecho para destacar algunos de ellos.

Un desafío que quisiera resaltar del libro, lo constituye la necesidad del cambio de paradigmas de los docentes, esto es, transitar de una enseñanza presencial basada en modelos de transmisión de conocimientos a una enseñanza que propicie aprendizajes significativos utilizando los recursos digitales, lo que implica su participación activa en proyectos colectivos de diseño y uso de ambientes de aprendizaje enriquecidos con las TIC.

No obstante, el gran reto, que se traza en el libro, en esta materia no sólo es capacitar a los docentes en el uso de las TIC, sino también

es necesario pensar en una formación capaz de articular el desarrollo de capacidades tecnológicas con las competencias para el procesamiento de la información, así como la comunicación, la educación en valores, entre otros aspectos, es decir, ir más allá de un acceso y uso equitativo para enseñar a la ciudadanía a reflexionar y desarrollar un pensamiento crítico, lo cual permitiría que los estudiantes, en lugar de acumular información (y en menor medida conocimiento), sean capaces de aprovechar para su vida personal el creciente volumen de datos que está a su disposición. (p. 141)

En este sentido, ya Paulo Freire nos había advertido sobre la necesidad de impulsar la lectura del mundo como una tarea básica a desempeñar por los formadores críticos, esto es, convertir los espacios educativos y formativos en lugares de reflexión y estudio, de debate y de construcción de conocimiento, lo cual implica la creación de procesos reflexivos donde se van entrelazando teoría y práctica. Se trata de pensar en una formación que permita mejorar las condiciones de vida de los futuros profesionistas, desarrollando capacidades que permitan al estudiante relacionarse, aprender, negociar y sobre todo decidir qué necesita aprender, orientadas, como se enfatiza en el libro, en un aprendizaje a lo largo de toda la vida y a un aprendizaje autodirigido (aprender a aprender, aprender a emprender y aprender a ser).

Otro de los desafíos que se esbozan en el libro, es el compromiso que tienen los docentes con la institución educativa, y con la sociedad, para contribuir en la formación de los futuros profesionistas, mediante saberes indispensables que les permitan ejercer la ciudadanía de forma eficaz y responsable (tan ausente hoy en día en nuestra realidad mexicana), lo que implica fomentar aquellas competencias interpersonales, interculturales, sociales y cívicas que permitan a los estudiantes comprender nuestra realidad social, convivir y ejercer la ciudadanía democrática en una sociedad plural.

Un cuarto desafío lo constituye la necesidad de que los docentes analicen y valoren los alcances y limitaciones de los modelos innovadores, que construyan marcos explicativos y críticos sobre dichas innovaciones. Más allá de la eficiencia, eficacia o competitividad, es importante adoptar una postura reflexiva sobre las propuestas importadas, ideologizadas y apolíticas. Como bien se señala en el libro: "la obsesión por la eficiencia en todos los órdenes del sistema educativo y específicamente en el ámbito de la formación de docentes, ha conducido a eludir las prioridades educativas y ha incentivado la tendencia de estandarizar la formación docente" (p. 121).

Otro de los desafíos es la importancia de diseñar proyectos de innovación, en los cuales se reconozcan las necesidades de los contextos institucionales, sociales e históricos en los que se sitúan, además de mantener una perspectiva pedagógico–organizativa, tomar en cuenta rasgos de personalidad de los docentes y la cultura institucional en la que se insertan.

De acuerdo con la autora, otro de los retos consiste en propiciar una formación para la empleabilidad, es decir, desarrollar habilidades que le permitan al estudiante encontrar empleo, o mejorarlo, de la forma más rápida y en las mejores condiciones posibles, lo que implica que el docente enfatice en el aula las situaciones profesionales que se presentarán en cada contexto.

Estos son algunos de los desafíos que se esbozan en el libro, relacionados con la formación de los estudiantes y el compromiso de los docentes.

Aunque en el libro no se profundiza sobre el papel fundamental que juega la investigación educativa en la mejora de la formación, la obra incita a reflexionar sobre la importancia de conocer las necesidades, intereses, prácticas y prioridades reales de los estudiantes y profesores, desde su propia voz, lo cual nos permitiría no sólo conocer a los principales actores que transitan día con día en los espacios universitarios, sino también revalorar lo que se realiza al interior de la universidad. Asimismo, podría incidir en la toma de decisiones sobre contenidos curriculares formales y de actualización. Además, no olvidemos que la investigación educativa es una pieza clave, pues sin ella no hay innovación pertinente en los proyectos y prácticas curriculares.

El libro es pertinente en el marco de la reforma educativa reciente en México, presentada por el Ejecutivo Federal; si bien aborda particularmente la educación superior, nos brinda diversos elementos para re–pensar la formulación de propuestas educativas oportunas y pertinentes, reconociendo la diversidad cultural, económica y geográfica de nuestro país. Nos invita a re–plantear la forma de evaluar los procesos de enseñanza–aprendizaje, considerando que los resultados de las evaluaciones sean utilizados en el mejoramiento de la formación docente y de los alumnos. Como bien lo señala la autora: "la ausencia de una cultura de la evaluación imposibilita la necesaria discusión en relación con la dimensión técnica que subyace en cada paradigma: el debate nacional se ha concentrado mucho más en los aspectos sociológicos y políticos de la tarea de evaluar" (p. 95).

La formación profesional constituye uno de los grandes retos en México, por lo que celebro este trabajo realizado, donde encontraremos avances y desafíos en la materia y, sobre todo, planteamientos elaborados desde una postura crítica y pertinente, tan necesarios en el mundo acelerado que estamos viviendo, de cambios constantes y transformaciones tecnológicas, que exige nuevas formas de pensar la formación.

 

Notas

1. La Dra. Concepción Barrón Tirado es licenciada, maestra y doctora en Pedagogía por la UNAM. Es investigadora titular "C" en el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, es miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel II.