Resumen
En el año 1974, un grupo de académicos de la Universidad Veracruzana inició el proyecto de publicar una revista que concentrara las investigaciones de especialistas tanto de la Institución como de universidades nacionales y extranjeras, interesados en difundir los avances del conocimiento en el campo de las ciencias sociales y las humanidades. La publicación se orientó, especialmente, a tratar el problema de la universidad como la inteligencia conductora -a pesar del factor de determinación que la destaca- que aparece como la única posibilidad de ofrecer la concientización de las relaciones sociales, económicas, políticas y culturales.
Nuestro interés era abarcar dos tipos de receptores: por una parte, la comunidad científica y, por otra, la sociedad en general. Para los primeros, significaba dar a conocer su producción a la comunidad académica y, a su vez, participar en el movimiento científico-pedagógico de la Universidad, revisando críticamente la tarea educativa desde un punto de vista interdisciplinario. Para los segundos, acceder a materiales que les permitieran ampliar su campo de conocimiento y de formación.
Dos interrogantes estuvieron presentes durante la configuración de la revista: ¿Qué tipo de investigaciones y de prácticas educativas generadoras de conocimientos críticos se estaban desarrollando en México? ¿Cuáles en el ámbito internacional en estos campos del conocimiento? Para responder a estos interrogantes es necesario hacer un poco de historia.
La Colección pasa por diferentes etapas. Etapas que estuvieron demarcadas tanto por los cambios de la propia Universidad como del Instituto de Investigaciones en Educación, sus actores, sus crisis. En la primera, que abarca de 1975 a 1980, el objetivo prioritario fue abrir un espacio editorial competitivo en el campo de la educación frente a otras publicaciones nacionales, a partir de propagar puntos de vista destacados y los avances más recientes de lo que se estaba investigando en el campo de la educación y las disciplinas afines. Se publicaron textos desde los más teóricos y conceptuales, hasta los que analizaban la práctica educativa cotidiana.
La segunda etapa, de 1980 a 1990, ocurrió en un momento en que la institución se reorganizaba y se definía con base en criterios investigativos-académicos-administrativos más sólidos, lo que permitió reorganizar el trabajo editorial sin perder de vista los objetivos planteados en la etapa anterior. El conjunto de los artículos publicados ponen en evidencia de qué manera el pensamiento pedagógico se va enriqueciendo a partir de la influencia de otros campos disciplinarios -psicología dinámica, sociolingüística, psicolingüística, pedagogía institucional y diversas posiciones críticas- que le dan otra orientación a la teoría, al trabajo en aula y a la relación de los sujetos comprometidos en el hecho pedagógico: el maestro y el alumno.
En una tercera etapa, de 1990 a 2000, se reúnen textos más especializados e interdisciplinarios de diversos campos del conocimiento y su relación con el fenómeno pedagógico. Durante este periodo, se sistematiza el trabajo al nombrarse, aparte del Comité Editorial interno, el Consejo Editorial externo conformado por destacados especialistas nacionales y extranjeros. Una última etapa, de 2001 a 2003, continúa con el trabajo editorial comprometido con las nuevas condiciones político-académico-educativas.
Todas y cada una de las etapas ponen en evidencia no sólo los cambios operados en las instituciones superiores que reflejan, en alguna medida, las transformaciones generadas en los campos del conocimiento, sus enfoques teóricos y la manera en que éstos se expresan en la práctica pedagógica. Así, libros sobre temas especializados, artículos, notas críticas, traducciones, trabajos de investigación y reseñas que, desde distintas posturas teóricas, han ido conformando sus páginas. Nada le ha sido ajeno: el discurso, la lectura, la escritura, la enseñaza, el aprendizaje de la lengua materna, las segundas lenguas, las lenguas indígenas, el diseño curricular, las reformas y las propuestas de modernización educativa, las modalidades de formación de profesionales, las metodologías de enseñanza en diferentes campos discursivos, analizadas desde diversas corrientes y tendencias. Temáticas, todas ellas, que exigen una construcción interdisciplinaria del conocimiento y nos hablan de los avances de la investigación, de reflexiones teóricas acerca de diversos temas y cuya calidad ha derivado en textos que, número con número, nucleó a mayor número de lectores al ofrecer instrumentos teóricos, líneas de análisis que facilita la indagación y la comprensión de la complejidad de fenómenos explícitos y latentes que configuran la rica vida del aula y de la universidad. Las propuestas algunas veces han sido discrepantes, otras, convergentes.
Podemos indicar que, sus tres décadas de existencia se debieron al compromiso de los coordinadores, de los miembros del Comité Editorial y los editores. Asimismo, debe destacarse la colaboración de las/os articulistas cuyos textos fueron producidos no sólo para la revista, sino pensando en nuestros lectores, dado que, desde su fundación hasta el momento en que se transforma en una publicación electrónica -2004-, la motivación y preocupación de sus directores han sido siempre los lectores.
Nuestro desafío consistió en elegir de entre las diversas voces aquellas que mejor interpretaban las corrientes del pensamiento. El resultado final de cada número respondió a una visión de diversos autores que, necesariamente, requirió ser completada con la voz de los lectores. Pero no nos atreveríamos a pensar en cualquier lector, sino en uno especializado, en el que la lectura pueda generar una tensión dialéctica entre la teoría, la práctica y la experiencia. Tensión necesaria para el aprendizaje crítico. Así, también proporciona a todos los interesados en la educación una dirección histórica, cultural, política y pedagógica del fenómeno educativo. Es decir, para todos aquellos que aún se atreven a tener esperanzas de una escuela democrática y de un futuro mejor.
No importa desde qué punto de vista se acerque cada ser humano al fascinante mundo de la lectura, sino en qué medida los textos ofrecidos a lo largo de la Colección despertaron el interés, estimularon el pensamiento e incitaron a nuevas lecturas. Si así fue, se alcanzó su meta principal.
Ana Ester Eguinoa Ramonda
Digitalización de las primeras épocas de la Colección Pedagógica Universitaria
En 2005 se publicó el número final de la Colección Pedagógica Universitaria. Para dar continuidad a la labor de difusión del Instituto, ese mismo año se puso en línea el número inaugural de la CPU-e, Revista de Investigación Educativa. Antes, nuestros académicos se enfrascaron en una discusión que, aún hoy, da pábulo a enconados debates: la tinta o los pixeles, el papel o la pantalla, la página impresa o el formato digital.
Sin embargo, la Colección no era ajena del todo al mundo electrónico, pues desde principios de los 90 era posible consultar en línea los contenidos de los números más recientes, así como los índices de todo lo publicado en ella hasta ese entonces.
Por más de 10 años, la Colección se publicó de forma simultánea en ambos formatos, impreso y electrónico. De tal suerte que los lectores tuvieron acceso vía internet a todos los números publicados, ya sea de forma parcial (los índices del 1 al 24) o total (índices y artículos del 25 al 40).
No existen datos que nos permitan sopesar los alcances de aquellos números que podían ser consultados íntegramente en línea. Sí sabemos de cierto que, en la actualidad, son el medio idóneo para seguir difundiendo artículos fundamentales, muchos de ellos ya clásicos, que aún son motivo de consulta para legos e iniciados.
Era de lamentar, pues, que sólo se tuviera a disposición de los lectores la mitad de los números editados. No obstante, se carecía de los recursos, humanos y técnicos, para digitalizar las primeras épocas de la revista, pues no se contaba sino con los ejemplares impresos. La labor de escanear cada una de las páginas de los 24 números faltantes se nos antojaba titánica, sin una solución factible. Pero la fortuna, siempre veleidosa, nos hizo un guiño a finales del año pasado. A raíz de otro proyecto (que merece sus propias líneas), supimos que la Dirección General de Bibliotecas de la UV (DGBUV) dispone de un escáner especial, que le permite digitalizar libros a mayor velocidad y sin someterlos al maltrato los escaneos habituales.
En una reunión que sostuvimos el Dr. Jorge Vaca Uribe, director de la CPU-e, y quien esto escribe con el Lic. Martín Páez Bistrain, coordinador del sitio web de la DGBUV, se nos planteó la posibilidad de rescatar aquéllos primeros números, tal como lo habían hecho el Lic. Páez Bistrain y sus colaboradores con otras publicaciones valiosas del acervo universitario (La palabra y el hombre, por ejemplo). La propuesta conjunta contó con el apoyo inmediato de la Mtra. Diana Eugenia González Ortega, directora de la DGBUV, gracias a lo cual, en enero del presente año, el Lic. Páez Bistrain nos notificó la finalización de su cometido.
De inmediato, el Lic. Alan Pérez Hernández, administrador del centro de cómputo de nuestro Instituto, se dio a la tarea de subir los números recién digitalizados a la página web donde puede accederse a las publicaciones del IIE (http://www.uv.mx/iie/publicaciones).
No obstante el trabajo realizado hasta este momento, aún falta hacer algunos ajustes, de manera que la consulta sea del todo satisfactoria. Por ejemplo, es necesario separar los archivos PDF por atículos, pues por ahora en uno solo se concentra todo un número de la revista.
Invitamos a nuestros lectores a visitar el resultado de este proyecto. Ahora es posible consultar y descargar todos y cada uno de los artículos que, a lo largo de 30 años, vieron la luz en esta revista. Las páginas de la Colección Pedagógica Universitaria siguen abiertas.
Héctor Hugo Merino Sánchez