Editorial

Resumen

En diversos momentos históricos y distintos territorios, la Democracia ha sido considerada  como la caracterización idónea de la convivencia social y de los regímenes políticos. Tanto en las interacciones sociedad-Estado como en las formas de organización socio-cultural, o en la práctica  de  relaciones interpersonales al nivel de instituciones sociales básicas como la familia, sus ideales se han seguido en diversos contextos, generando distintas manifestaciones sociopolíticas y culturales, con antecedentes que se remontan al menos al siglo V a.C.  

La experiencia de este recorrido ha permitido que en los estudios actuales se expongan distintas apuestas sobre la Democracia, las cuales la caracterizan con adjetivos como liberal, republicana, representativa, participativa, delegativa, dialógica y/o deliberativa; destacando en ellas la primacía de diversos elementos sociales y políticos como la ciudadanía, los sistemas electorales, el Estado, el libre mercado, los sistemas educativos o la cultura (Arendt, Rawls, Bobbio, Dahl, Elster, Habermas, Marshall, O’Donnell, Sartori, Turaine, Gutmann). Por otra parte, también se plantean serias dificultades para el avance de un ideal democrático, ubicado en la integración de intereses de los diversos grupos que conforman la Sociedad, junto a una forma de gobierno que favorezca una interacción equilibrada entre el poder ejercido desde las cúpulas y las formas de participación, limitación del poder y exigencia de rendición de cuentas emprendidas por los distintos actores sociales.

De manera particular en los procesos de transición y consolidación políticas desde mediados del siglo pasado, no ha sido factible identificar una fórmula que anticipe el logro del ideal democrático, cuestionando así la aplicabilidad de los supuestos esgrimidos por las democracias más desarrolladas, las cuales se consolidaron bajo dinámicas socio-económicas y políticas mediadas por un capitalismo industrial. En el caso de México el proceso de transición y consolidación democrática es incierto, accidentado y con inercias complejas de superar, resultando invaluable la investigación que ofrezca nuevas formas de comprensión de un fenómeno socio-económico, político y cultural que entre sus intersticios alberga, entre otras, una relación dialéctica entre la democracia y la educación.

Sea como institución social, como práctica pedagógica estructurada o como la primera experiencia de cada persona en su integración a la sociedad por medio de la crianza en los círculos sociales básicos, la educación se convierte en uno de los escenarios factibles por su propia naturaleza donde la democracia puede ser disertada, enseñada,  vivida y construida, superando el nivel de la esfera privada y accediendo a la vida pública de la comunidad escolar. Pero también la educación como institución social puede alentar prácticas autoritarias y experiencias educativas contrarias a las dinámicas requeridas para la consolidación democrática.

En los diversos modelos y propuestas teóricas sobre la democracia, componentes como la ciudadanía, la participación política, la educación para la democracia y la formación de competencias cívicas y éticas, se destacan por su contribución natural al proceso de transición y consolidación democráticas. Bajo esta perspectiva, categorías como: política educativa, sistema educativo, escuela, currículum, práctica pedagógica, gestión educativa, trayectorias escolares, formación de ciudadanía y educación intercultural, se convierten en objetos de estudio sensibles para el escrutinio en la investigación educativa. Investigación que requiere de escenarios académicos de difusión y discusión que logren integrar en su propia naturaleza prácticas democráticas de apertura a la contribución de los diversos sectores académicos, sociales y políticos involucrados en la producción del conocimiento científico, y cuya difusión permita un diálogo incluyente en torno al conocimiento vertido en las investigaciones, prácticas educativas y discusiones teórico-metodológicas.

Desde este espacio editorial y en el contexto anterior, se considera a la comunidad académica un actor social relevante en el avance de la democracia. Por ello, la CPU-e, Revista de Investigación Educativa, considerando una política editorial de acceso gratuito y libre impresión, brinda un espacio de debate, reflexión y análisis sobre procesos de coyuntura, con la perspectiva de aportar recursos teóricos y prácticos para los distintos niveles educativos, recibiendo contribuciones de investigadores nacionales o extranjeros de diversas áreas del conocimiento interesados en la educación. Democratizar la generación y difusión del conocimiento científico, una contribución del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana a las dinámicas democráticas de la sociedad mexicana. 

https://doi.org/10.25009/cpue.v0i19.976